ALMERÍA, 26 May. (EUROPA PRESS) -
Un jurado popular ha declarado no culpable a J.L.M.M., el hombre de 36 años acusado de asesinar en 2012 en el barrio almeriense de El Alquián a su inquilino, quien presuntamente habría dejado de pagarle el dinero del alquiler, después de que durante la vista oral no se hallaran pruebas suficientes para mostrar su culpabilidad, según han apreciado.
En la lectura del veredicto, aprobado por una mayoría de siete sobre diez, el jurado ha apreciado algunas de las pruebas aportadas en durante el juicio para descartar la responsabilidad del acusado, de forma que ha incidido especialmente en las huellas de pisadas encontrada alrededor del cadáver, cuyo número de pie no coincide con el que calza el acusado, que enfrentaba penas de hasta 26 años y seis meses de prisión.
Asimismo, ha apuntado que tampoco se han encontrado el arma del crimen y que las pruebas periciales practicadas en el vehículo del acusado descartan la aparición de restos de sangre, por lo que no hay vestigios que vinculen al acusado con el asesinato en este sentido, según ha apreciado el jurado. Además, el jurado ha afirmado que no se puede probar la implicación de J.L.M.M. al no haber testigos presenciales que puedan perfilar la hora de la muerte de la víctima.
De esta forma, el jurado ha confiado en la coherencia del relato del procesado, quien admitió en sala el haber estado presente en el lugar del crimen. Según su versión, llegó a tocar el cuerpo para ver si respiraba y al darse cuenta de que estaba muerto, se "llenó de pánico" y abandonó la escena para refugiarse en su coche. El hombre, que recibía medicación por entonces y afrontaba un proceso de separación, escribió una carta de suicidio al día siguiente.
Esta "actitud de nerviosismo" ha sido validada por el jurado a la hora de interpretar su forma de proceder ya que después de descubrir el cadáver de su inquilino y entrar en contacto con él, se lavó las manos y se encerró en su vehículo no sin antes contaminar la escena.
Sobre la carta que encontraron los investigadores, una de las principales pruebas de cargo, el jurado ha declarado probado que se trataba de una carta de suicidio "sin confesión ni referida a nadie en particular" por lo que no está vinculada al asesinato de la víctima. Con ello, han desestimado una de las principales pruebas de cargo propuestas por los investigadores.
Igualmente, han rechazado una supuesta confesión a su entorno familiar sobre el presunto asesinato a la vez que han remarcado el "tono irónico" de las palabras del acusado a la hora de dar cuenta del descubrimiento del cadáver. El jurado ha enfatizado asimismo la falta de asistencia por parte de un letrado tras su detención por parte de la Policía Nacional así como las "amenazas y la presión de los policías de no ver a sus hijos" como elementos que podrían haberle hecho "cambiar su declaración de los hechos" una vez detenido.
Con esto, el jurado ha encontrado al acusado, visiblemente emocionado, no culpable del delito de asesinato, lo que le ha impedido pronunciarse sobre la segunda acusación que pesaba contra él por tenencia ilícita de armas. De este modo, el tribunal ha anticipado el fallo de la sentencia y ha absuelto al hombre a la vez que ha dado orden de su puesta en libertad.
