Exteriores de la Audiencia Provincial de Sevilla
EUROPA PRESS
Actualizado: lunes, 12 febrero 2018 21:54

SEVILLA, 12 Feb. (EUROPA PRESS) -

El joven brasileño acusado de matar a patadas y puñetazos en el mes de junio del año 2016 a un empresario hotelero tras una discusión en el barrio de Santa Cruz de Sevilla ha apuntado este lunes que lo ocurrido fue una pelea entre dos personas y ha cambiado sus versiones anteriores, en sede policial y en la fase de instrucción, reduciendo el número de golpes propinados a la víctima.

Así lo ha manifestado en su interrogatorio durante la segunda sesión del juicio con jurado que celebra la Audiencia Provincial de Sevilla. Según han señalado a Europa Press fuentes del caso, el acusado ha entrado "en contradicciones" con las declaraciones realizadas anteriormente, donde decía que le había propinado dos golpes al hotelero en la cabeza, uno de ellos en la sien que lo había dejado "atontado", aunque este lunes ha reducido el número de golpes que dio.

Además, el encausado, quien fue detenido el mismo día de los hechos, el 17 de junio de 2016, y que se encuentra en prisión provisional desde entonces, ha dicho este lunes que fue "una pelea" y ha alegado que actuó en defensa propia.

Cabe recordar que la Fiscalía, en su escrito de acusación, al que ha tenido acceso Europa Press, relata que los hechos tuvieron lugar sobre las 11,00 horas en las inmediaciones de la plaza de las Tres Cruces, cuando el acusado, identificado como T.T., mantuvo una discusión con la víctima, quien le había recriminado que hubiera realizado una pintada en la fachada de un inmueble de su propiedad.

"Con la intención de quitarle la vida", el procesado le propinó sendos puñetazos en la cabeza, que hicieron caer a la víctima al suelo, donde el encausado continuó con la agresión, lanzándole "múltiples" patadas en la cabeza, el costado y el abdomen.

Según indica la Fiscalía, la víctima intentó protegerse con sus manos y brazos de la agresión, no lográndolo "dada la violencia y rapidez de los golpes que el acusado le propinaba". Seguidamente, y según el relato del Ministerio Fiscal, el acusado abandonó el lugar en dirección a la plaza de Refinadores, momento en el que la víctima, "con gran dificultad y ayudado por varios transeúntes", logró incorporarse y, "tambaleándose", siguió los pasos del procesado.

"A pesar de ver el estado en que se encontraba" la víctima, "con la cara ensangrentada y con una extraordinaria dificultad para mantener el equilibrio", el acusado se volvió a la plaza de Refinadores y se dirigió hacia el hotelero, al que propinó un "fuerte" puñetazo en la cabeza, tras lo que el fallecido, "convulsionando, cayó al suelo desplomado".

Como consecuencia de la "brutal" agresión, el hotelero, de 40 años de edad, sufrió "múltiples" lesiones en diferentes partes de su cuerpo, entre ellas una hemorragia "masiva" y un enclavamiento cerebeloso que le provocó la muerte.

En este sentido, el acusado ha negado este lunes que en la plaza de Refinadores le diera otro golpe, donde sí, según ha contado, se encontró con el padre de la víctima.

Este lunes ha testificado el historiador Fernando de Artacho, vecino de la calle Doncellas y "testigo clave", según la acusación, puesto que presenció los hechos desde "el principio hasta el final". De Artacho, como indican las citadas fuentes, ha reiterado "los golpes" que propinó el joven brasileño y "la virulencia y violencia" de éste sobre la víctima.

También han declarado como testigos un joven y una empleada del hotel. El primero ha entrado en contradicciones pues antes llegó a decir que había visto los golpes y la segunda "no vio nada al acudir a la zona por el ruido que se generó".

El padre del fallecido vio a su hijo "casi muerto" en la plaza de los Refinadores, hasta donde llegó persiguiendo al agresor y donde éste volvió a "golpear" al hotelero, algo que "no vieron quienes iban detrás de la víctima" para auxiliarle, según las citadas fuentes.

FORENSES Y POLICÍA

El juicio continúa este martes, a partir de las 10,00 horas, con la intervención de los forenses, que determinarán los golpes recibidos por la víctima, y los agentes del Grupo de Homicidio de la Policía Nacional.

La Fiscalía reclama para el acusado 13 años de cárcel y el pago de una indemnización de 150.000 euros a los padres del fallecido por un delito de homicidio. Por su parte, la acusación particular, que ejerce la letrada Teresa Mira, solicita para el acusado 25 años de cárcel por un delito de asesinato con los agravantes de alevosía y ensañamiento.

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