El Principado apunta que la detección temprana y el avance en tratamientos mejora la supervivencia ante el cáncer

Actualizado: lunes, 3 febrero 2014 18:49

Las asturianas presentan el menor riesgo de Europa mientras que los asturianos registran uno de los más altos.

OVIEDO, 3 Feb. (EUROPA PRESS) -

Los programas de detección temprana del cáncer, como los cribados poblacionales de cérvix y mama, a los que próximamente se añadirá el de colon, y la rápida incorporación de los últimos avances en los tratamientos quirúrgicos, farmacológicos y radiológicos "están consiguiendo mejoras significativas en la supervivencia frente al cáncer en Asturias", según sostienen desde el Gobierno del Principado.

No obstante, resaltan que "queda camino por recorrer en el ámbito de la prevención". En este sentido, el director general de Salud Pública, Julio Bruno, ha apuntado este lunes que "el mejor mensaje es el de las recomendaciones del código europeo contra el cáncer, que se resumen en mantener unos hábitos de vida saludables".

Y es que un tercio de los varones asturianos y una quinta parte de las mujeres tendrán cáncer antes de los 75 años, a la vista de los casos registrados entre los años 2005 y 2010. Estas cifras suponen un incremento del 3% en el caso de los varones y del 2% en el caso de las mujeres con relación a las registradas entre los años 1991 y 2000.

En Asturias se diagnostican alrededor de 6.392 nuevos casos de cáncer cada año, 3.823 en varones y 2.569 en mujeres, y fallecen anualmente unas 3.382 personas (2.096 hombres y 1.286 mujeres).

Las diferencias de sexo son muy significativas ya que las mujeres asturianas "están por debajo de la media nacional en cuanto a riesgo de padecer cualquier tipo de cáncer y son las que presentan menor riesgo de Europa". "Los varones, en cambio, figuran entre los que presentan mayor riesgo de todo el país y en el conjunto de las regiones y países de la Unión Europea".

Asturias tiene actualmente en marcha dos programas de cribado poblacional que están dando buenos resultados: el de cáncer de mama y el de cérvix, así como un programa de cribado de cáncer de colon para personas con antecedentes familiares que próximamente se ampliará a toda la población de 50 a 69 años.

La mortalidad por cáncer de mama ha descendido y ha mejorado la supervivencia de las mujeres afectadas, al pasar del 79,4% del periodo 1995-1999 al 82,5% del último periodo analizado.

En cuanto a la prevención en cáncer de cérvix, el 70% de las mujeres de entre 25 y 65 años han realizado al menos una citología. El programa de detección oficial invita a las mujeres a participar en la detección temprana mediante la realización de una citología al inicio del programa, repetida al año, y la revisión citológica cada tres años. Este año se ha invitado a las cohortes que cumplen en 2014 25, 35 y 65 años.

La vacuna contra el virus del papiloma humano, que previene este tipo de cánceres, está incluida en el calendario de vacunaciones a partir de los 13 años y consigue una participación de las menores incluidas en este grupo del 73%, superior a la media del país.

Además, a lo largo del año se implantará un programa piloto en tres áreas sanitarias para la detección precoz del cáncer colorrectal, que consiste en la realización de la prueba de sangre oculta en heces y deberá extenderse progresivamente a todos los hombres y mujeres con edades comprendidas entre los 50 y los 69 años.

A pesar de que el cáncer sigue siendo un importante problema de salud pública, se observa que en algunos tipos de tumores las tendencias de mortalidad e incidencia se han invertido, lo que sugiere que tanto las políticas de prevención primaria y secundaria como la mejora en los tratamientos están siendo efectivas.

Sin embargo, hábitos nocivos como el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol o la obesidad, estrechamente relacionados con el origen de algunos de los cánceres más frecuentes, siguen teniendo una alta prevalencia entre la población asturiana.

Por ello, la Dirección General de Salud Pública incide en que la prevención basada en hábitos de vida saludable constituye la estrategia más eficaz y eficiente para prevenir y controlar la enfermedad.