Protagoniza la obra 'El policía de las ratas' en el Casyc
SANTANDER, 21 Ago. (EUROPA PRESS) -
El actor Joan Carreras ha reivindicado que la cultura "es uno de los bienes que hay que preservar por encima de muchos otros porque es lo único real que dejamos a nuestros hijos", al tiempo que denuncia que la política "maltrata" la cultura, en referencia a las "pocas ayudas culturales", a "falta de subvenciones al teatro" o a la imposición de un 21% de IVA cultural.
Carreras, que se encuentra esta semana Santander para interpretar con Andreu Benito la obra 'El policía de las ratas' en el Casyc --dirigida por Álex Rígola y basada del escritor chileno Roberto Bolaño, que a su vez se inspiró en una relato de Franz Kafka--, lamenta que en la sociedad actual "lo peculiar no tiene cabida, sobre todo porque estamos maltratados políticamente a nivel cultural", en comparación con la realidad que mostró Kafka, en la que refleja "una metáfora que habla del ser humano, al que atribuye la personalidad de la rata".
Esta función, que ha pasado por teatros como el Lliure de Barcelona y el de la Abadía de Madrid, desgrana la relación del ser humano con el arte en "una sociedad que solo tiende a la productividad". A este respecto, el actor ha reivindicado que "se tiene que dejar de pensar en la cultura como un lujo porque es una necesidad social".
De esta forma, Carreras se muestra "de acuerdo" con las reflexiones sobre la situación actual de las artes escénicas españolas mostradas por el actor Miguel Rellán y el escritor y crítico teatral Marcos Ordóñez en sendas ruedas de prensa celebradas en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en las últimas semanas.
"Estoy de acuerdo, pero se está haciendo mucho teatro alternativo muy bueno en el que los actores están cobrando 200 euros al mes, algo completamente inviable", ha afirmado. Aun con todo, cree que hay que "agradecer al público" su "predisposición a ver teatro" porque gracias a ella este arte "se está manteniendo a flote".
Finalmente, sobre la obra 'El policía de las ratas' --que sólo cuenta en el escenario con dos sillas, dos micrófonos y el cadáver de una rata gigante--, Carreras comenta que han querido "dejar pura la palabra de Bolaño y ser lo más sinceros posibles, que el espectador creara su propia escenografía mental de lo que está pensando" porque esta función "también pide mucho por parte del público".
