TOLEDO, 10 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un jurado popular juzgará la próxima semana a un joven de 21 años, identificado como José Ángel O.T., acusado del asesinato de un hombre de 84 años, al que golpeó con brutalidad, con pies y manos, en la cabeza y el resto del cuerpo, en el domicilio de este último en Quintanar de la Orden (Toledo), sobre las 21.30 del 5 de julio de 2007.
El acusado, cuyo juicio se celebrará los días 13, 14 y 15 en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Toledo, se enfrenta a 23 años de prisión por el delito de asesinato y a dos meses de multa a razón de 12 euros diarios por un delito de lesiones, según la calificación del Ministerio Público, a la que ha tenido acceso Europa Press.
Además, deberá indemnizar a los herederos de la víctima --que estaba casado-- en la cantidad de 120.000 euros, a la esposa del acusado con 158 euros, y a la asistenta de ambos, que también sufrió lesiones por parte del acusado, en la cantidad de 600 euros.
Los hechos ocurrieron cuando José Ángel O.T., paseando el día 5 de julio por la calle Pizarro de Quintanar de la Orden, se encontró con una antigua vecina de sus abuelos y, tras preguntarle por su marido, se despidió de ella y subió al domicilio donde se encontraba la víctima con la idea de saludarlo.
Una vez allí, y encontrándose a solas con el hombre, identificado como D.P.S., José Ángel, con el ánimo de quitarle la vida o con conocimiento de que podía causarle la muerte, comenzó a golpear a D.P.S. con los pies y los puños repetidamente y con gran brutalidad en la cabeza y el resto del cuerpo.
Las lesiones que presentaba D.P.S. le ocasionaron la muerte el 8 de julio de 2007. La víctima, que en aquella época tenía 84 años, frente a los 20 del acusado, tuvo disminuidas sus posibilidades de defensa, limitándose a poner las manos en la cabeza para defenderse.
El imputado, no obstante, siguió golpeando a su víctima incluso cuando ya estaba tendido en el suelo aún con vida, dándole repetidas patadas y puñetazos, causándole deliberadamente un dolor innecesario.
Cuando llegó hasta su domicilio la mujer de la víctima, otros vecinos y la asistenta del matrimonio e intentaron abrir la puerta de la vivienda, el imputado les impidió el paso, encerrándose en el baño, no sin antes dar una patada en la cabeza y en la espalda a la asistenta.
En el baño el acusado se lavó las manos y la cara manchadas de sangre y dejando en ese lugar el bolso bandolera que llevaba y en el lavabo las gafas de ver, cerró la puerta desde dentro con llave alertado de la presencia policial, teniendo que ser derribada por los agentes de la Policía Local y los vecinos.
El acusado, en el momento de ocurrir los hechos, no padecía ninguna enfermedad mental y conocía el alcance de sus hechos.