++++Sucesos.-Los análisis confirman que los restos hallados en el río son de la vecina de Laguna desaparecida hace años

Actualizado: viernes, 4 abril 2008 16:00

Su marido, principal sospechoso de su desaparición, fue detenido en marzo y se suicidó a los pocos días en la cárcel

VALLADOLID, 4 Abr. (EUROPA PRESS) -

Los análisis realizados por el Instituto Nacional de Toxicología sobre unos restos humanos hallados en el río en 2006 pertenecen a Pilar Andrés Molina, la vecina de Laguna de Duero (Valladolid) que permanecía en paradero desconocido desde hace años y de cuya desaparición se responsabilizó a su marido, Alejandro B.T, quien en marzo fue detenido y se suicidió a los pocos días en prisión, según informaron a Europa Press fuentes de la investigación.

La confirmación fue obtenida por el Servicio de Criminalística de la Guardia Civil, tras cotejar un cráneo humano completo, en muy avanzado estado de descomposición y que presentaba aún pequeñas zonas de cabello, dentadura completa, con una mancha de sangre hallada en el domicilio que compartían la víctima y su marido en Laguna de Duero.

Efectivos de la Guardia Civil detuvieron el pasado día 1 de marzo a un vecino de Laguna de Duero (Valladolid), Alejandro B.T, de 59 años y trabajador de Renault, con motivo de la desaparición de su esposa, Pilar Andrés Molina, de 52 años, desde hace casi dos años y medio, sin que se descartara ya entonces la hipótesis del homicidio o bien que pudiera haberla enterrado ilegalmente una vez muerta para poder así cobrar la pensión que ésta venía percibiendo.

La detención se produjo tras la denuncia interpuesta el pasado día 16 de febrero por una hermana de la desaparecida, residente en Barcelona y que hacía constar el temor de que Pilar Andrés pudiera estar muerta.

Así, el sospechoso fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número 6 de la capital, donde, a preguntas de la juez, explicó que su mujer se encontraba fuera de España, en una clínica inglesa, para recibir tratamiento con motivo de una enfermedad degenerativa, en concreto ataxia cerebral, y que no podía dar razón del lugar en el que se encontraba porque su pareja se lo había prohibido.

La explicación del detenido no convenció a la juez que dictó contra él acto de prisión provisional, comunicada y sin fianza por posibles delitos de homicidio, detención ilegal o inhumación ilegal, con lo que ingresó el día 3 de marzo en el centro penitenciario de Valladolid.

Sin embargo, el detenido se llevó el secreto a la tumba, ya que día 7 su cadáver fue hallado por funcionarios del Centro Penitenciario de Valladolid. El hallazgo de su cuerpo, que presentaba cortes profundos en manos y piernas que se ocasionó con un objeto punzante, se produjo sobre las 17.00 horas cuando los funcionarios procedían a abrir las celdas.

El hombre, natural de San Miguel del Arroyo (Valladolid), estaba solo desde las 16.00 horas, cuando su compañero de celda salió para realizar un curso de formación.

Las diligencias, pese a la muerte del sospechoso, siguen aún abiertas en el Juzgado de Instrucción número 6 y no se descarta hipótesis alguna, desde un posible homicidio hasta que la víctima hubiera fallecido por causas naturales y su cónyuge se hubiera deshecho de ella para poder seguir cobrando su pensión, lo que pudiera también ser considerado como un fraude a la Seguridad Social. Durante la investigación de los hechos, la Policía Científica de la Guardia Civil, con el preceptivo mandamiento judicial dictado por el mismo Juzgado de Instrucción número 6, registró la vivienda del matrimonio, un primero B situado a la altura del número 61 de la Avenida de Madrid, y recogió distintas pruebas que han sido determinantes.

Además, tomó también muestras de ADN a la hermana de la desaparecida para determinar si coincide su perfil genético con los de unos huesos humanos hallados en el río hace unos años y determinar si éstos se corresponden con los de Pilar Andrés Molina. Dicho cometido fue encomendado al Instituto Nacional de Toxicología, con sede en Madrid, que un mes después ha confirmado las sospechas.