El vecino de Ramiro que apuñaló a su primo alega que solo quería "meterle miedo"

El acusado, durante el juicio en la Audiencia de Valladolid.
EUROPA PRESS
Actualizado: miércoles, 13 junio 2018 17:15

Los informes forenses ratifican que acusado padece una "trastorno de ideas delirantes"

VALLADOLID, 13 Jun. (EUROPA PRESS) -

El Ministerio Fiscal y la acusación particular han elevado a definitivas este miércoles sus peticiones de cuatro y cinco años de cárcel, respectivamente, para el vecino de Ramiro (Valladolid) F.M.G, quien en agosto de 2017 clavó a su primo, R.H.M, un cuchillo tipo militar a la altura del abdomen en plena calle tras un cruce de palabras entre ambos.

Antes de que el juicio en la Audiencia de Valladolid quedara visto para sentencia y de que el propio procesado mostrara su arrepentimiento y pidiera perdón a la familia afectada, los dos acusadores, tanto el público como el particular, han mantenido invariable, amén de la pena privativa de libertad, su petición ocho y diez años de internamiento psiquiátrico, respectivamente.

Sus informes han tenido en cuenta no sólo el testimonio del procesado y de la víctima y su esposa, fundamentalmente, sino también los informes psiquiátricos y forenses que por un lado confirman que F.M.G. padece un "trastorno de ideas delirantes", una alteración psíquica muy grave que prácticamente anula sus facultades cognitivas y volitivas, y por otro que la lesión recibida por el lesionado podría haberle costado la vida de no haber recibido asistencia médica, aunque no afectara a órgano vital alguno.

LA DEFENSA, LA LIBRE ABSOLUCIÓN

La defensa, por su parte, ha modificado sus conclusiones para pedir la libre absolución por una tentativa de homicidio, con aplicación de la eximente completa de enajenación mental, y, alternativamente, quince meses de cárcel si la eximente fuera considerada incompleta y se le aplicara además la atenuante de confesión.

En ambos casos, y como medida de seguridad, el defensor plantea cinco años de libertad vigilada para su patrocinado, mediante el uso de una pulsera telemática, la obligación de acudir a tratamiento médico y bajo custodia familiar.

Con carácter subsidiario, la defensa interesa dos años de internamiento psiquiátrico o una combinación de esta medida con una posterior libertad vigilada.

Durante el primer día del juicio, el acusado alegó que cuando sobre las 23.00 horas del 5 de agosto de 2017 acometió a su primo armado con un cuchillo tipo militar en las inmediaciones de las casas de ambos, en Ramiro, tan sólo pretendía "meterle miedo" para que se marchara y le dejara en paz, después de que la víctima se hubiera acercado a pedirle explicaciones porque segundos antes se había dirigido a él, su mujer y su hija de 3 años con expresiones de "voy a matar a alguien", "hijos de puta" o "puta".

"En el forcejeo se le clavó el cuchillo. Yo no tenía intención de matarle", insistió el encausado, quien reconoció la existencia de una cierta enemistad con el lesionado y su familia. "Querían que me suicidara", ha espetado F.M.G. para sorpresa de todos.

La víctima del apuñalamiento, R.H.M, enmarcó lo ocurrido en la "fijación" que el acusado tiene con él y su familia, la misma inquina que ya en 2015 le llevó a agredir a su padre y la razón por la que esa misma noche, sin motivo alguno, comenzó a proferir amenazas e insultos contra él y su familia.

"Hasta entonces no se había metido nunca con mi mujer, pero esa noche lo hizo y me dirigí hacia él nervioso y levanté la voz para pedirle explicaciones", reconoce el lesionado, que tan sólo se dirigió a su primo en los siguientes términos: "¡Pero de qué vas!"

Tras el intercambio de palabras, el acusado se abalanzó sobre la víctima y fue entonces cuando ésta sintió un fuerte golpe, como si fuera un puñetazo, y cayó de espaldas al suelo. Fue al levantarse cuando se percató de que tenía clavado un cuchillo en la boca del estómago, tras lo cual sólo pudo pedir a su esposa que llamara corriendo al 112 para recibir asistencia.

VARIAS HORAS CON EL CUCHILLO CLAVADO

"Oí una voz terrorífica, una voz que daba pánico", relató con angustia la mujer del herido, quien, por aquel entonces embarazada de ocho meses y medio, recordó que llamó pidiendo auxilio al 112 y recibió distintas recomendaciones para asistir a su esposo, entre ellas que no extrajera el cuchillo de su cuerpo y que taponara la herida con toallas.

Este escenario, el lesionado tumbado en el sofá de casa con el arma aún clavada en el abdomen y ella al teléfono en conversación con el 112, es el que se encontró la pareja de la Guardia Civil que acudió al domicilio de la víctima y que minutos después detuvo al autor, sin que éste ofreciera la menor resistencia y quien reconoció de forma espontánea que había apuñalado a su primo tras una discusión.

Los agentes apuntaron que la ambulancia no llegó antes de unos tres cuartos de horas, "ya que había fiestas en algún pueblo cercano", y que la intervención quirúrgica del lesionado en el Hospital Comarcal de Medina del Campo no se llevó a efecto hasta casi tres horas después, periodo en el que la víctima tuvo en todo momento el arma clavada en su cuerpo.

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