La 'Arabella' más psicológica y abstracta llega al Liceu

Representación de la ópera 'Arabella'
Foto: MONIKA RITTERSHAUS/LICEU
Actualizado: martes, 11 noviembre 2014 20:24

BARCELONA, 11 Nov. (EUROPA PRESS) -

La ópera 'Arabella', de Richard Strauss con libreto de Hugo von Hofmannsthal, llega al Gran Teatre del Liceu de Barcelona 25 años después de su última representación.

   Lo hace con una versión que ahonda más en la psicología de los personajes y sus tragedias y tiene una puesta en escena más abstracta, todo ello de la mano de una producción firmada por la Ópera de Frankfurt.

   Durante sólo cinco días --17, 20, 23, 26 y 29 de noviembre-- el Liceu acogerá esta producción en tres actos, que se estrenó originalmente en Dresde en 1933 y se pudo ver por última vez en el Liceu el 11 de febrero de 1989, según ha explicado en rueda de prensa el director de escena, Christof Loy.

   El espectáculo cuenta cómo el conde Waldner, arruinado, se establece en Viena con la esperanza de que la hija mayor, Arabella, se case con un hombre rico y salve a la familia de la ruina en una carrera contra el tiempo que tendrá como momento culminante el Carnaval, cuando Arabella se decidirá por uno de los pretendientes.

   Loy ha avisado de que sobre esta ópera ha pesado la lacra del "aburrimiento y la falta de gancho" por lo que ha sido necesario prestar atención al aspecto estético y a la psicología de los personajes, que se ha intensificado.

   De este modo, aunque Arabella se presenta en el primer acto con un aire un poco cínico, también se descubre como "una mujer que carga con una tragedia al estar prácticamente en venta para salvar a su familia".

   Mientras ella es un personaje de ciudad que vive en un ambiente decadente, tiene un encuentro con Mandryka, un 'outsider', que viene del campo y no está afectado por los vicios de la ciudad y no encaja en absoluto en un ambiente urbanita: "Viven un amor a primera vista, pero son muy conscientes de las diferencias que hay en su relación, lo que dejará una gran lección de amor".

   Aunque la ópera se ambienta en la Viena de 1860, también contiene una mirada a 2014, ya que ha tratado de establecer un equilibrio entre el mundo del siglo XIX y el XXI: "Hemos creado unos momentos y un espacio abstracto, muy neutral, en el que los personajes penetran y van analizando mucho más las almas y la psicología de los personajes".

LABORATORIO EXPERIMENTAL

   Todo ello confluye en el último acto, que es una condensación de esta filosofía y donde "la escena es como un laboratorio experimental", ha avanzado el director, que también ha comentado que en el primer y segundo actos hay espacios reales en los que los personajes van penetrando como dentro de un alma, hasta convertirlo en tercer acto en un espacio del alma, espiritual, envuelto de una pared blanca y sin puertas.

   Por su parte, el director musical, Ralf Weikert, ha explicado que el trabajo orquestal que requiere esta ópera es parecido al de 'El Caballero de la rosa', de Strauss: "Para él, cada palabra es un catalizador de la música", ha comentado el director, que aprecia destellos de luz en la composición.

   "La música es multivocal, demasiado condensada y con un tema detrás de otro, con muchas voces a la vez. Es una música difícil de interpretar", ha sintetizado Weikert.

   La protagonista Arabella --la soprano Anne Schwanewilms-- ha asegurado ser muy consciente de la responsabilidad que pesa sobre su personaje en un ambiente poco agradable, y ha dicho que le reconforta que halla su punto de bondad cuando, al final, descubre la capacidad de perdonar y engrandecerse como persona y crecer.

   La soprano valenciana Ofelia Sala, en el papel de hermana menor de Arabella --Zdenka-- ha asegurado que su personaje sufre mucho, ya que la familia no puede educarla como una señorita y decide vestirla de chico.

   Sobre la ópera, ha explicado que "tiene un punto de profundidad en la parte más trágica" de cada personaje, llevando hasta las últimas consecuencias la verdad psicológica de cada uno hasta desnudar sus almas.