TARRAGONA, 6 Mar. (EUROPA PRESS) -
El jurado popular declaró esta tarde culpable por unanimidad al acusado de matar a su ex pareja en Montblanc (Tarragona) en octubre de 2005. En su deliberación, no obstante, el jurado manifestó no tener del todo clara la relación de parentesco entre el agresor y la víctima, que apuntaba la fiscalía.
Según el tribunal popular, se reconoce que el agresor pasaba alguna noche en casa de la víctima, pero no se ha podido demostrar que durmiesen en la misma cama o que tuvieran algún tipo de plan de futuro juntos. Por ello, no se admite claramente que existía una relación sentimental estable, como afirmaba la fiscalía y la acusación popular, ejercida por la Generalitat y el Estado.
Según la Fiscalía, los hechos comenzaron sobre las 9.30 horas del 3 de octubre de 2005, cuando Francisco M.M. fue a casa de Carmen C., con la que había mantenido una relación de siete meses que había terminado hacía casi un mes.
Tomaron un café y cuando ella dijo iba a cambiarse, él la acompañó a la habitación y le propuso reanudar la relación, pero ella se negó. Por ello, según la Fiscalía, "decidió llevar a cabo la idea que venía madurando desde hacia unas semanas" y, tras decirle "si no eres para mí, no eres para nadie", la agarró por el cuello estrangulándola durante unos cuatro minutos.
Ella intentó defenderse mordiéndole un brazo. Una vez muerta, el acusado desnudó a la víctima y tuvo una relación sexual por vía anal. Seguidamente, le lavó los genitales con una esponja, la volvió a vestir, la tapó y se marchó.
Sobre las 13.15 horas llamó por teléfono a su hija, que le acompañó a la Comisaría de la Policía Nacional, donde se confesó autor de la muerte. El cuerpo de Carmen lo encontró su hija de 12 años cuando volvió del colegio, según se explicó hoy en el juicio.
ACUSACIÓN Y DEFENSA MANTIENEN SUS PETICIONES INICIALES.
Después de conocer el veredicto del tribunal popular, las acusaciones y la defensa mantuvieron sus peticiones iniciales. El Ministerio Público pide una condena de 14 años de cárcel para el acusado por el homicidio de Carmen C. y cinco meses más por el delito de profanación del cadáver.
Rechaza la postura de la defensa, que asegura que el hombre actuó con las facultades mentales perturbadas y reclama una prohibición de acercamiento de 20 años con los hijos de la víctima.
La defensa mantiene la idea de la alteración mental, pese a que la psiquiatra desmontó esta posibilidad en su declaración, por lo que solicita una pena de cinco años de prisión por homicidio y tres meses por la profanación del cuerpo. La defensa se acoge a esta idea de la alteración mental después que el jurado admitiera que el acusado estaba "enfadado" con la víctima porqué ella se negaba a reanudar la relación. También considera un atenuante la confesión aunque, con todo, siete de los nueve miembros del jurado destacaron que en su primera confesión el acusado no explicó en ningún momento la profanación del cadáver.
Respecto a la indemnización a la familia de la víctima, las acusaciones piden 200.000 euros. El acusado afirmó en su momento que se sentía muy arrepentido por lo que había hecho.
