MADRID, 27 Ago. (CHANCE) -
Luis Merlo interpreta a Héctor en la obra El test, que estrenó el pasado viernes 24 su tercera temporada, regresando de nuevo al Teatro Cofidís Alcázar de Madrid. La representación cuenta con un elenco excelente, pues además de Luis también participan en la obra Antonio Molero, Manu Valdivieso y Marina San Juan. Tras más de 17 meses llenando cada función, el equipo regresa cargado de fuerzas y con muchas ganas de compartir buenas experiencias con su público.
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CHANCE: En primer lugar, enhorabuena. Vais por la tercera temporada. ¿Qué tal os va?
Luis Merlo: Bien, porque siempre te preguntas si volverá a funcionar. Nos hemos ido con el teatro lleno y el día de la despedida de la segunda temporada fue especial. Ahora aquí estamos de nuevo, con pasión y ganas.
CH: ¿Lo vives como si fuera la primera vez?
L.M: es que hay que vivirlo como si fuera la primera vez.
CH: Cuéntame. ¿Qué vamos a ver?
L.M: Vamos a ver la historia de unos amigos a los que se les propone un test hipotético y que en un momento determinado ese test se puede convertir en una realidad para ellos. La reacción de ellos se produce a través del humor. Se les propone que sucedería si eso fuese real. Ahí se trata la avaricia, las prisas... Y eso se puede extrapolar a que sea una metáfora de más cosas. La pregunta es una pequeña piedra que se tira por una montaña nevada, la cual empieza a coger nieve y al final es una bola enorme que nos estrella a todos los personajes.
CH: Cuando se habla de dinero entran en juego otros sentimientos... Parece que el dinero corrompe.
L.M: El dinero es el gran corruptor y en los personajes se descubre su verdadero yo a través de la posibilidad real en que se convierta en una realidad. El deseo del dinero cuando se posee es que uno piensa que puede comprar todo y eso al final genera sensaciones limitadas, porque con el monedero no se soluciona todo. Yo pienso que es estupendo tener suficiente dinero para estar bien y vivir tranquilo.
CH: En España lo hemos visto. Ha habido muchos casos de corrupción, gente que ya tenía muchísimo patrimonio y ha querido más.
L.M: Sí. No lo sé porque no lo he vivido, pero he visto ejemplos desde fuera. Hay gente que tiene un deseo muy grande y a veces ese capricho por tener más les ha hundido. Casi siempre el dinero corrompe los códigos de educación y educación que tenemos.
CH: ¿Dirías entonces que el dinero saca lo peor de cada uno?
L.M: Depende. Cuando el dinero te puede cambiar la vida de un día para otro, puedes hacer cosas tremendas con él. Cuando, por otra parte, estás acostumbrado a que el dinero te lo solucione todo y hay una situación en la que no te lo arregla, te sientes muy solo a pesar de poseer mucho dinero. Estoy hablando de mi personaje. Tiene un erotismo y capacidad para corromper que si nos lo tomamos desde el humor piensas: "Que mamarrachos somos" y esto es lo que se plantea en esta obra.
CH: ¿Cómo es trabajar con Marina y con el resto de tus compañeros?
L.M: Es fantástico. Marina es un regalo que nos ha llegado maravilloso, de frescura y de humor fuera del escenario. Antonio y Maru son ya de mi familia, nos conocemos desde los 20 y tenemos 50, son 30 años juntos.
CH: Cuéntame un poquito qué proyectos hay.
L.M: Volver a grabar La que se avecina, esperar a que se emita esta temporada y seguramente yo creo que volver a grabar otra.
CH: ¿Y algo en el cine?
L.M: Ahora mismo no tengo tiempo y eso que ha habido opciones. Pero tendría que ser por las noches y no dormir.
CH: El Gobierno actual lleva poco tiempo. No sé si habéis notado algún cambio en mejoras en el cine, el teatro...
L.M: Ya se produjo la bajada del IVA, que era algo que sí preocupaba mucho. A mí lo que me da mucha pena son las pequeñas empresas del mundo del teatro que han tenido que cerrar. Hay gente que ha podido solventarlo y otros no han podido y han tenido que finalizar sus proyectos en las tablas para siempre.
CH: ¿Confías en algunas ayudas más?
L.M: Confío en que alguna vez la cultura en este país esté a la altura de lo que tiene que estar. Confío en que alguna vez podamos tener la misma cobertura que el fútbol, al igual que en el mundo de la prensa. Que haya un fenómeno social porque se estrena equis función.
CH: Te veo estupendo. ¿Cómo estás?
L.M: Encantado. Vivo en el campo fuera de Madrid. Hace tiempo que elegí la naturaleza y estoy muy bien.
CH: Hace un año vaya susto que nos diste.
L.M: Yo siempre digo que me llevo yo más gordo. Lo que pasa es que cuando no hay capacidad de aclarar la situación porque había una situación de riesgo real, se generaran muchas noticias que se mezclan y contradicen.
CH: Sí. Porque había gente que había dicho que estabas en una situación límite...
L.M: Es una neumonía mal curada que me pegó un susto a nivel respiratorio muy grande... Pero, creo que el debate se generó porque dentro de la UCI mi familia no podía ni pensar que fuera se estuviera montando ese follón. En cuanto se metió el comunicado y yo estuve fuera de peligro ya todo se tranquilizó. También entiendo que al no cotejar clara una situación en 24 horas se puede generar mucho lío.
CH: La familia ya te ha puesto las pilas, ¿no?
L.M: No. ¿Sabes lo que pasa? Yo no suspendí ni una función con esa neumonía porque estaba el teatro lleno. Entonces con un micro y sin respiración, me hice todas las funciones y aquello no se curó bien.
CH: Ahora te cuidas más.
L.M: Sí, ahora me cuido más.
