MADRID, 8 Feb. (CHANCE) -
Si bien la agresión sucedida esta semana a la mujer e hija de Paco González, ha sido toda una desgracia y todo un suceso que nos ha mantenido en vilo, detrás hay una realidad que no se puede ocultar.
La desesperación de Lorena Gallego, por el ahora "hombre de su vida", -antes había sido el futbolista de la Real Sociedad Mikel Aranburu- si bien puede ser un trastorno o enfermedad, -y que en su caso ha ido muy lejos- es algo que le sucede no solo a esta joven enfermera sino a muchos jóvenes, tanto hombres como mujeres, quizá algo más común en mujeres.
Lo que hizo Lorena no estuvo bien y su atrocidad podía haber acabado en una fatal desgracia, pero hay muchas chicas, especialmente, en su juventud, que su amor no solo por famosos, sino por gente de a pie, se desborda. La persona amada -haya o no haya relación- se mitifica. En el caso de haberla, en el momento que hay cualquier crisis, ruptura o discusión, convirtiéndose en un duro revés. La relación se termina porque el amor acaba, o porque haya otra relación de por medio y desde ese momento se convierte en una obsesión, por no perder al ser amado.
Son muchos padres los que viven en sus casas situaciones difíciles de llevar, en la que ven que sus hijos "pierden la cabeza", en el mejor sentido de la frase, por un amor. Se hace todo lo posible para seguir con esa persona. Por lo general, se ataca al que ayuda, -ya sean padres, amigos- convirtiéndose en el peor enemigo y se traslada el dolor sufrido en la calle a los que intentan sacar al afectado de su ostracismo. Las personas enamoradas entran en una depresión de la que es difícil recuperarse porque -con el transcurso del tiempo- van enlazando un problema con otro, e incluso acaban autolesionándose y haciendo chantajes emocionales a los cercanos y a la persona amada, como autolesiones aunque lleve a un deterioro físico ante cualquier negativa o consejo que venga de los más allegados.
OBSESIONES ENTRE CELEBRITIES
Pero este comportamiento no solo atañe al común de los mortales, sino a los famosos. La cantante Selena Gómez, no acaba de superar su relación con el ídolo juvenil, Justin Bieber, y el año pasado, tras terminar su relación no dudaba en viajar al otro lado del mundo mientras Bieber estaba en gira europea, para ver si regresaban. De poco le valió a la joven, porque la historia fue un visto y no visto. De nuevo volvieron a principios del 2014, pero las patochadas de Bieber y su detención, le ha pasado factura de nuevo a su relación, y la exniña Disney ha acabado ingresada y en rehabilitación.
Lo mismo puede verse en otra cantante, Taylor Swift, a pesar de su éxito en el mundo de la canción, también quería reconquistar a su ex, Harry Style, cantante de One Direction, y pretendía trasladarse a finales de año a Reino Unido donde vive él para ver si se daban de nuevo un CHANCE, con la excusa de que ella tenía que trabajar allí. De nada ha servido. Otra relación que va por el mismo camino, en este caso, por parte de ambos, es la de los protagonistas de Crepúsculo Kristen Stewart y Robert Pattinson. Sus idas y venidas, tras el desliz que tuvo ella con el casado director de cine Rupert Sanders, está siendo más que enfermiza.
Otros que han vivido lo suyo han sido Rihanna y Chris Brown, donde hubo hasta maltrato.
ERETOMANÍA, EL DELIRIO DEL SER AMADO
La erotomanía o delirio del ser amado, es un trastorno mental inusual en el que una persona mantiene la creencia ilusoria de que otra persona, generalmente de un estatus social superior, está enamorada de ella. Por lo general suelen ser personas que aparecen en los medios de comunicación, cantantes, actores y políticos.
EROTOMANÍA, UN TRASTORNO QUE VA MÁS ALLÁ
Otro caso también es el de los erotómanos, que tienen la convicción absoluta de que su ser amado, le corresponde. Además llegan a asegurar que mantienen una relación y actúan como si la tuvieran.
Así lo explica Paulina Sallés, exguía de Psicología y Tendencias en Guioteca:
"Una mujer de 35 años, comienza a sentirse atraída por un personaje público, por ejemplo, un escritor de renombre. Y empieza a desarrollar un delirio, inventándose una historia de amor y una relación con él. A pesar que esto no sea cierto, ella lo vive como real, refiere sentirlo, verlo, recibir mensajes y actuar como si todo esto fuese verdad, llegando incluso a acosar al escritor, a través de llamados telefónicos, visitas, cartas, regalos, etc.
Se han visto casos, en los que incluso, al fallecer la persona amada, quien padece la erotomanía niega su muerte. En nuestro ejemplo, la mujer podría negar la muerte del escritor, diciendo que se trata de una farsa que el planificó para dejar a su esposa y poder llevársela a ella a vivir a un país lejano para estar juntos por fin".
Los que padecen el también llamado síndrome de Clérambault o delirio de pasión amorosa, puede no le importa si le creen o no ya que cree fervientemente en que es correspondido, y: "Se sabe amado y vivirá eternamente para su amor" como apunta Sallés.
