MADRID, 26 Feb. (CHANCE) -
Convertido en el personaje revelación de esta temporada, Gustavo González ha acudido al plató de Cámbiame para someterse a un cambio estilístico en compañía de María Lapiedra. El periodista ha reaparecido en televisión después de que tres de sus supuestas amantes se sentarán el sábado en el Deluxe para hablar de sus relaciones.
El paparazzi ha confesado que la polémica y la exposición pública a la que está sometido le ha repercutido físicamente de manera negativa y que le gustaría someterse a un cambio físico, por eso mismo se ha puesto en manos de Cristina Rodríguez con quien se ha confesado sobre su actual situación en Sálvame. "Me he convertido en un punto o dos de audiencia", ha recriminado el colaborador que asegura "hay cosas que me he guardado y que harían entender un poco más la historia". Pero con el cambio de look llega una nueva actitud de Gustavo que anuncia: "Se acabó el Gustavo pasivo y complaciente".
Pero sin duda el momento más emotivo llega cuando Gustavo se quita la camisa dejando dos de sus tatuajes al descubierto. El colaborador no ha podido evitar emocionarse explicando que los tatuajes está relacionados con su familia, siendo un homenaje tanto a sus hijos como a su exmujer, defendiendo que jamás se los borrará porque pertenecen a lo más bonito de su vida. Uno de los tatuajes es un cinco en números romanos por la suma de los miembros de su familia, es decir, sus tres hijos, él y su expareja.
El programa ha terminado con el cambio de look de Gustavo, al que le han teñido las canas y cortado el pelo y vestido con ropa mucho más juvenil y casual a la que acostumbra, consiguiendo derretir a María Lapiedra.
