Los vinos blancos se convierten en la opción perfecta para los planes veraniegos

EUROPAPRESS
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Actualizado: sábado, 4 agosto 2018 11:50

   MADRID, 4 Ago. (CHANCE) -

Después de un duro invierno, estación que se ha alargado hasta casi pasada la totalidad de la primavera en la mayoría de ciudades de nuestro país, muchos son los que empiezan las vacaciones y, por fin, ponen rumbo a sus destinos estivales.

El verano es, sin duda, la época en la que nos tomamos un tiempo para nosotros y nos rodeamos de familia y amigos; semanas en los que unas tapas y un buen vino se convierten en los protagonistas de una tarde cualquiera y donde las sobremesas en las terrazas se prolongan hasta entrada la madrugada. España ha sido, tradicionalmente, mayor consumidora de vinos tintos pero, desde hace unos años, las estadísticas nos demuestran que apostamos, cada vez más, por los blancos ya que son una opción perfecta para maridar con todo tipo de gastronomía y en especial, cuando las temperaturas aprietan.

Comúnmente se asociaba el maridaje de vino tinto con carnes y, en cambio, el vino blanco se dejaba más para armonizar con pescado, pero las preferencias cambian y según los sumilleres: "Depende del tipo de carne, y de su elaboración, puede que casen mejor con un tinto pero el blanco puede maridar perfectamente con carnes frías o de ave buscando un final más suave donde la fruta o el toque floral adquieran su protagonismo".

Además, "los blancos son la opción ideal para todo tipo de pescaditos, mariscos, paellas, y, por supuesto, todo tipo de ensaladas mediterráneas". El blanco, nos cuentan, "casa perfectamente con un almuerzo de tapas, un plato de sushi, una pizza al horno o con un buen postre y su efecto refrescante lo hace idóneo para todo tipo de momentos de consumo, tanto en la playa como en el interior, o para completar un día de actividad en la montaña".

"AQUÍ HAY BLANCO PARA TODOS"

La Denominación de Origen Calificada Rioja, con su reconocida elaboración de vinos tintos, es también una gran productora de vinos blancos. La apuesta de Rioja por el mercado de los vinos blancos le llevó a incluir 6 variedades nuevas, tanto autóctonos como internacionales, que se unieron a sus clásicas como la malvasía, la garnacha blanca o la viura, pudiendo así responder a los deseos de los paladares más exigentes.

Son 2.000 años de experiencia en la elaboración de vinos los que tiene esta región, además de unos terrenos y climatología que hacen única a esta zona vitivinícola. Si bien su mayor apuesta era por el vino tinto, DOCa Rioja elaboró un Plan Estratégico para fortalecer su oferta de blanco que, tras una década, y tras un ambicioso plan de promoción, está llegando a su fin habiendo cumplido con creces sus expectativas. Los resultados lo avalan: el consumo de vinos blancos en España representa un 27,1% del total, porcentaje que en clave mundial se eleva al 35%; En 2015 el 6% de la total de la comercialización de Rioja eran vinos blancos, 3 años después, la cifra se acerca ya al 8%.

En cuanto a la oferta, Rioja cuenta tanto con vinos blancos jóvenes, donde se busca más ese toque afrutado que hace de ellos vinos fáciles para tomar, como con otros fermentados o envejecidos en barrica de roble ya que, al igual que los tintos, el vino blanco adquiere de la madera sabores muy diferenciados y aporta cuerpo a estos haciendo de muchos vinos perfectos para maridar con comidas algo más copiosas. Son los denominados 'gastrovinos'.

La actual diversificación en las variedades está consiguiendo llegar a los consumidores más reticentes con el blanco. Podemos encontrar afrutados intensos como el tempranillo blanco o la maturana blanca o quizás, en otras ocasiones, nuestro paladar busque un sabor algo más ácido como el que nos pueda ofrecer la reina de las variedades de Rioja, viura, que puede ser tanto joven como fermentada en barrica.

 Que el vino blanco ha entrado para hacer competencia al vino tinto es un hecho y, poco a poco, gracias a apuestas por el vino blanco como la que hace desde hace unos años la DOCa Rioja, crece el consumo de éste dentro y fuera de nuestras fronteras y aumenta, al igual, su calidad. Larga vida al vino blanco.

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