El calentamiento global favorece a insectos y arañas en el Ártico

Nysius groenlandicus, un depredador de semillas común en Groenlandia
TOKE HYE
Actualizado: miércoles, 18 abril 2018 13:36

   MADRID, 18 Abr. (EUROPA PRESS) -

   El oso polar varado en un iceberg derritiéndose puede dejar de ser el icono del Ártico. El colémbolo -un artrópodo cercano a los insectos- puede ser el nuevo abanderado de un incierto futuro Ártico.

   Una nueva investigación de la Universidad de Washington en St. Louis, en Estados Unidos, está rastreando cómo los más pequeños embajadores del Ártico, los colémbolos, están respondiendo al rápido calentamiento que se produce en esta región.

   Las temporadas de verano y otoño más cálidas y menos eventos de congelación y descongelación invernal han llevado a cambios en los números relativos de diferentes tipos de insectos en el Ártico, explica Amanda Koltz, investigadora postdoctoral en Artes y Ciencias. En comparación con los años más fríos en el pasado, ahora hay más artrópodos parásitos y carnívoros, y menos detritívoros (insectos que literalmente consumen la basura del mundo vivo).

   El estudio, que se publica en la revista 'Royal Society Open Science', se basa en el conjunto de datos más completo sobre artrópodos árticos en el mundo de hoy: un catálogo de casi 600.000 moscas, avispas, arañas y otros bichos raros recogidos en la estación de campo Zackenberg en la costa noreste de Groenlandia desde 1996 a 2014, según sus autores.

   Los insectos gobiernan el Ártico. Los artrópodos constituyen la mayoría de la biomasa animal en la tundra, superando con creces a las aves o los mamíferos. Han desarrollado todo tipo de adaptaciones para lidiar con el frío extremo.

   Por ejemplo, durante el invierno en Zackenberg, las temperaturas medias mensuales del aire son de -20 grados Centígrados, pero las temperaturas mínimas diarias a menudo caen por debajo de -30 grados. Algunos de los insectos locales toleran la congelación, algunos fabrican proteínas anticongelantes en sus células, y otros simplemente se desecan para no congelarse.

   "Esperamos que estos animales se adapten a una gran variedad de temperaturas y condiciones extremas", dice Koltz. Pero las respuestas a la variación de temperatura estacional todavía varían entre los grupos de artrópodos. Como resultado, a medida que los veranos se vuelven más cálidos, la composición de estas comunidades de artrópodos del alto ártico está cambiando, dice Koltz, quien dirigió este trabajo con los colaboradores Toke T. Hoye y Niels M. Schmidt, de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca.

MÁS PRESIÓN PARA LAS PLANTAS Y CAMBIOS EN EL CICLO DE NUTRIENTES

   "Veinte años pueden no ser lo suficientemente largos como para detectar cambios en la abundancia de especies de vida más larga, como algunos mamíferos, pero debido a su corta vida, es un tiempo bastante largo para los artrópodos --apunta Koltz--. Aun así, el hecho de que podamos detectar cambios en más de 20 años en algunos de estos grupos de animales a una resolución taxonómica tan ruda es notable".

   Los cambios en la composición de la comunidad fueron hasta cinco veces más extremos en hábitats más secos que húmedos, lo que sugiere que la disponibilidad de agua jugará un papel importante en los tipos de insectos que tendrán éxito en un Ártico cálido.

   Y con las interacciones de las especies y la dinámica de la red alimenticia en flujo, Koltz anticipa que habrá más cambios a nivel del ecosistema. Por ejemplo, más insectos herbívoros podrían significar más presión de consumo para las plantas del Ártico, mientras que la disminución de los detritívoros podría provocar cambios en la descomposición y el ciclo de nutrientes del suelo.

   "A menudo no le prestamos mucha atención a estos animales pequeños, pero podría haber consecuencias reales en sus abundancias cambiantes", alerta Koltz.

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