El GOCE traspasa los confines de la atmósfera sin resistencias

Actualizado: miércoles, 3 junio 2009 16:50

MADRID, 3 Jun. (EUROPA PRESS) -

La misión de la ESA para el estudio del campo gravitatorio, protagonizada por el satélite GOCE (Explorador de la Circulación Oceánica y de la Gravedad) que fue enviado al espacio el pasado 17 de marzo y actualmente progresa en la fase de puesta en servicio, ha conseguido un hito en la historia de la tecnología espacial, según confirmó la Agencia Espacial Europea.

"El sofisticado sistema de propulsión iónica ha demostrado ser capaz de mantener al satélite completamente libre de fuerzas de resistencia mientras atraviesa las últimas capas de la atmósfera terrestre - lo que le permitirá obtener los mejores datos del campo gravitatorio jamás medidos", afirmó la institución en su página web.

El satélite GOCE está diseñado para medir el campo gravitatorio de la Tierra con una precisión "sin precedentes", explica la agencia del espacio. Sin embargo, para conseguirlo el satélite debe orbitar la Tierra lo más bajo posible, de forma que la señal del campo gravitatorio sea más intensa, pero con el inconveniente de que a esta baja altitud todavía quedan trazas de la atmósfera terrestre.

Para asegurar que las medidas del campo gravitatorio realizadas por GOCE se deben realmente a la gravedad, el satélite debe mantenerse estable y en "caída libre constante". Cualquier sacudida debida a los restos de atmósfera que se encuentra el satélite a lo largo de su órbita de tan solo 250 kilómetros de altitud podría ahogar los datos debidos a la gravedad.

En opinión de los expertos, esta situación plantea un desafío tecnológico: la estructura del satélite debe ser lo más aerodinámica posible y ha sido necesario desarrollar un sistema que compense de forma continua e instantánea cualquier variación en la resistencia aerodinámica.

Así, han verificado que GOCE es capaz de conseguir un vuelo sin resistencia aerodinámica utilizando un sistema de propulsión iónica instalado en la parte posterior del satélite, en sentido opuesto a la dirección de vuelo.

Al contrario que los motores convencionales basados en combustible, este sistema utiliza Xenón cargado eléctricamente para producir un suave empuje. El sistema genera de forma continua una fuerza muy pequeña, de entre 1 y 20 milinewtons (mN), dependiendo de cuánta resistencia se encuentre el satélite mientras orbita la Tierra.

Además, el sistema del GOCE ha comenzado a funcionar perfectamente, demostrando que el sistema de control basado en el motor iónico genera automáticamente el empuje necesario para conseguir un vuelo sin los efectos de la resistencia. Esto no se pudo demostrar en tierra antes del lanzamiento de GOCE porque resulta imposible recrear de forma exacta en un laboratorio las condiciones que encontrará el satélite en órbita.

Ahora, el sistema de propulsión iónica y el gradiómetro, que es el instrumento principal de la misión, activados de forma separada hace unas dos semanas, trabajan juntos sin ningún tipo de fallo. Concretamente, el gradiómetro mide de forma continua la resistencia aerodinámica y envía comandos al sistema de propulsión iónica para que genere un empuje exactamente igual y de sentido contrario a la resistencia que encuentra el satélite.

Durante su vida operativa de aproximadamente 24 meses, GOCE realizará un mapa global de las variaciones del campo gravitatorio con una precisión y unos detalles "sin precedentes". Esto dará como resultado un modelo único del 'geoide', que es la superficie equipotencial definida por el campo gravitatorio, "crucial" para derivar medidas precisas de la circulación oceánica y de los cambios en el nivel del mar, dos parámetros afectados por el cambio climático.

A juicio de los expertos, igualmente, estos datos derivados de GOCE también son muy necesarios para comprender mejor los procesos que ocurren en el interior de la Tierra y para su uso en aplicaciones prácticas como la geodesia y la cartografía.