Mandíbulas humanas del Pleistoceno tardío vislumbran dietas antiguas

Restos de mandíbulas de las cuebas de Niah
DARREN CURNOE
Actualizado: jueves, 7 junio 2018 13:37

   MADRID, 7 Jun. (EUROPA PRESS) -

   Tres mandíbulas humanas pueden proporcionar una nueva visión de la dieta de los cazadores-recolectores del Pleistoceno tardío en Borneo, en el sudeste asiático.

   Se sabe poco sobre las primeras poblaciones de cazadores-recolectores que vivían en la isla del sudeste asiático, ya que los restos humanos de la era del Pleistoceno tardío-Holoceno temprano son extremadamente raros. Se han identificado las cuevas Niah en el noreste de Borneo como un sitio arqueológico prometedor para aprender sobre los primeros humanos que moraron en esta región.

   Un estudio publicado en 'Plos One' por Darren Curnoe, de la Universidad de Nueva Gales del Sur, y colegas, ha examinado tres mandíbulas humanas que fueron excavadas previamente en la boca oeste de la cueva Niah en 1957. Utilizando técnicas de datación de la serie de uranio, los investigadores estiman que una de las mandíbulas tiene entre 28.000 y 30.000 años, mientras que las otras dos están en al menos entre 11.000 y 10.000 años de edad, respectivamente.

CARNES DURAS O SECAS Y PLANTAS

   La mandíbula más antigua de las tres era más pequeña y más robusta en comparación con otras mandíbulas del Pleistoceno tardío, y esto puede sugerir que estaba sujeta a la tensión que podría haber sido causada por el consumo de carnes duras o secas o plantas de palma, una dieta que ha sido identificada previamente en las cuevas de Niah.

   Los autores sugieren que su estudio ayuda a dar una idea de la dieta de las personas antiguas que vivían cerca de los bosques tropicales, una región que se ha identificado anteriormente por haberse enfrentado a dificultades económicas. A través de su consumo potencial de alimentos vegetales crudos y carnes secas, las poblaciones de cazadores-recolectores que vivían en esta región alrededor del Pleistoceno tardío pueden haberse estado adaptando a su entorno económicamente desafiante.

   "Estos primeros humanos modernos aparentemente se adaptaron a una vida difícil en los bosques lluviosos tropicales con sus cuerpos muy pequeños y sus mandíbulas sólidas para masticar alimentos realmente difíciles --detalla Curnoe--. Nos dicen mucho sobre los desafíos a los que se enfrentan las personas más antiguas que viven en la isla del sudeste asiático".