Actualizado: sábado, 28 junio 2008 16:48
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   VIENA, 29 Jun. (EUROPA PRESS) -

   La selección española afronta, finalmente sin su máximo goleador David Villa, su tercera final de una Eurocopa en la que esta vez espera deshacerse de la correosa Alemania y salvar así el último escollo en el camino hacia la conquista de un título, que perdió en 1984 y sólo ha sido capaz de levantar en 1964.

   Tras superar la barrera psicológica de los cuartos de final y maravillar al 'Viejo Continente' en semifinales con una exhibición de juego en una segunda mitad de ensueño ante Rusia, los de Luis Aragonés, que espera decir adiós a su cargo entrando en el 'Olimpo' del fútbol español, tratarán de emular a los 'héroes' de la final de 1964, vencedores entonces por 2-1.  

   Y es que tras confirmarse su marcha al fútbol turco, el 'Sabio de Hortaleza' puede poner la guinda a una racha magnífica de resultados en sus 54 encuentros al frente de la 'Roja' en los que tan sólo ha sufrido cuatro derrotas y a una Eurocopa inmaculada en la que cuenta sus encuentros por victorias, salvo el empate frente a Italia de cuartos, también saldado de manera positiva desde el punto de penalti.

   Para ello, España deberá ganar la batalla final por la Eurocopa de Austria y Suiza en un apasionante 'cuerpo a cuerpo' que tendrá el centro del campo como escenario del duelo contra los alemanes. Y es que la lesión de David Villa permitirá a Aragonés dar más confianza a Cesc Fábregas, tras su magistral aparición ante los rusos, lo que le situará frente a frente con el capitán y referente alemán Michael Ballack, que tratará sin duda de resarcirse de su ausencia en la final del Mundial 2002 por sanción.

   Este duelo personificará el ejemplo más claro de los modelos de juego que ambos conjuntos, que mañana jugarán con un sólo punta, han mostrado en su paso por el torneo. Pues, la elegancia y el toque español se medirán al músculo y poderío físico de los alemanes.

   Por este motivo, se antoja clave el control del mediocampo, donde Andrés Iniesta, Marcos Senna y Xavi Hernández deberán ayudar en la creación del juego al joven centrocampista del Arsenal para surtir de balones los desmarques de Fernando Torres y las silenciosas, pero letales, incorporaciones del valencianista David Silva.  

   Además, la final de mañana deparara un bonito doble-duelo entre dos delanteros centros de postín, el remate y el juego aéreo de Klose frente a la velocidad y los desmarques de Fernando Torres, y dos cancerberos con trayectorias cruzadas. Así, mientras Jens Lehmann puede vivir su última gran cita con Alemania, como él mismo reconoció durante el torneo, Iker Casillas puede encumbrarse definitivamente en la cita de Austria y Suiza.

   La vuelta al sistema empleado durante buena parte de la fase de clasificación (4-1-4-1) debe otorgar ese control al equipo español, para no enredarse en el fútbol más regular, monótono y defensivo de Alemania, que volverá a encomendarse a la brega de Thomas Hitzlsperger y Torsten Frings para llevar el partido a su terreno.

   Así, el seleccionador Joachim Loew, heredero y entrenador asistente de la brillante Alemania de Jürgen Klinsman, dirige un modelo de trabajo, fuerza y sacrificio, combinado con grandes gotas de calidad en las últimas líneas, donde al oportunismo de Miroslav Klose se unen la velocidad de Bastian Schweinsteiger y la clase de su mejor hombre en el torneo, Lukas Podolski, autor de tres goles y a uno del 'pichichi' David Villa.

   ESPAÑA, SIN SU MÁXIMO GOLEADOR ANTE UNA ALEMANIA MÁS HABITUADA

   Precisamente, la mala noticia en la expedición española es la ausencia del asturiano del Valencia. Las pruebas médicas que le fueron realizadas ayer confirmaron que padece una una microrrotura fibrilar, sinónimo de casi una semana de baja, lo que obligará a prescindir del máximo goleador en beneficio de la calidad y el toque de Fábregas, recuperado para la causa tras un inicio en el banquillo con más sombras que luces.

   Sin duda, este cambio en el 'once' que apenas varió Luis Aragonés en toda la competición, salvo frente al intrascendente duelo con Grecia, puede resultar decisivo, si bien Joachim Loew apuntó en otra dirección en la rueda de prensa previa al encuentro. Y es que "la mentalidad ganadora de Alemania es mucho mayor que la España, menos acostumbrada a jugar este tipo de encuentros", resaltó Loew el día antes de pelear por un cuarto entorchado europeo que añadir a los tres Mundiales ya conquistados por los teutones.

   En este sentido, los germanos han llevado a sus vitrinas tres de los cinco torneos europeos en los que han disputado la final, eso sí, tres esas citas las jugaron aún bajo la bandera de la RFA. Su precedente más reciente data de 1996, cuando acabaron (2-1) con las ilusiones de una sorprendente República Checa bajo suelo inglés.

   Sin embargo, la moral y la euforia se han desatado en las filas españolas, tras superar con creces las barreras históricas, si bien la 'Roja', que estará comandada desde el palco con la presencia de los Reyes de España y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, deberá sobreponerse a otro dato de mal recuerdo, pues el colegiado que dirigirá la final, el italiano Roberto Rossetti, fue el mismo que impartió justicia en la eliminación de España a manos de Francia en el pasado Mundial de 2006.



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