BRUSELAS, 11 May. (EUROPA PRESS) - Según el informe, el consumo privado seguirá siendo la principal fuente de crecimiento de la economía española, aunque se ralentizará a medida que disminuya el ritmo de la creación de empleo y otros factores que apoyaron mejoras en la renta disponible de los hogares, como la caída de los precios del petróleo. La Comisión Europea explica la revisión al alza por la "fuerte actividad" registrada en el primer trimestre. De hecho, el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Pierre Moscovici, ha explicado que el aumento del 0,8% del PIB en el primer trimestre "implica un mayor impulso del crecimiento" que el que Bruselas preveía en invierno. "No es un error, es una aceleración del crecimiento en España debido a factores que no podían ser anticipados en ese momento", ha defendido el francés en la rueda de prensa en la que ha presentado las previsiones. "Eso por supuesto son buenas noticias y tendrá un impacto en el lado presupuestario. Ahora estamos más confiados que lo que podríamos estar hace unos meses sobre los objetivos para 2018 y la salida del procedimiento de déficit excesivo", ha añadido Moscovici. En 2018, el desvío se situaría en un 2,6% también por encima del objetivo para el próximo año (2,2%), pero aún así estaría por debajo de la barrera del 3%. No obstante, esta previsión se basa en un escenario sin reformas y únicamente tienen en cuenta la reducción impulsada por la recuperación del ciclo. Bruselas espera también que los salarios sigan creciendo "moderadamente" este año, un escenario que, unido a las bajas ganancias de productividad, conduciría a incrementos en los costes laborales unitarios. Por último, la Comisión Europea estima que la deuda se reducirá en dos décimas al término de este año, desde el 99,4% del PIB en 2016 hasta el 99,2% que recoge la previsión para 2017. La reducción se acelerará en 2018, cuando la deuda pública se situaría en el 98,5% del PIB.