Economía/Macro.- La OCDE rebaja hasta el 1,7% su previsión de crecimiento para la zona euro en 2008 y al 1,4% en 2009

Actualizado: miércoles, 4 junio 2008 14:37

Según sus estimaciones, EEUU crecerá un 1,2% en 2008 y un 1,1% en 2009, mientras que la OCDE un 1,8% y un 1,7%, respectivamente

PARIS, 4 Jun. (EUROPA PRESS) -

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha recortado dos décimas su previsión de crecimiento para la economía de la eurozona en 2008, situándola en el 1,7%, y ha rebajado en 6 décimas la estimación para 2009, hasta el 1,4%, según informó hoy la institución en sus previsiones económicas, presentadas hoy en París.

Las anteriores estimaciones de la institución, realizadas el pasado mes de diciembre, auguraban un crecimiento del 1,9% para 2008 y del 2% para 2009.

La OCDE sostiene que la eurozona ha resistido relativamente bien hasta el momento, con un crecimiento del 2,2% en el primer trimestre del año, gracias al efecto de una fortaleza sorprendente en Alemania y, en menor medida, en Francia.

No obstante, el consumo privado sigue siendo "tímido", debido a las presiones inflacionistas derivadas del encarecimiento de la energía y de los alimentos, una debilidad que el pasado año pareció compensarse con mayor inversión empresarial y exportaciones.

En todo caso, parece cada vez más evidente que la apreciación del euro, del 10% en términos reales desde principios de 2006, frena el crecimiento de las exportaciones.

La inversión en la construcción de viviendas también disminuye por el efecto de fuertes correcciones en países como España e Irlanda y por una continua ralentización en la mayoría del resto de países.

"En el presente, parece apropiado mantener los tipos de interés al actual nivel", consideró la institución con respecto a la política monetaria de la UE, a la que calificó de "equilibrada" debido a la existencia de riesgos al alza sobre la inflación que podrían causar efectos de segunda ronda y trasladarse a los salarios. La institución recomienda fortalecer el crecimiento a través de reformas estructurales para reforzar el mercado laboral y de producto.

CRECIMIENTO NEGATIVO PARA EEUU EN EL SEGUNDO TRIMESTRE.

Con respecto a la economía estadounidense, que está en el "epicentro" de la crisis, la OCDE pronostica un crecimiento del 1,2% en 2008 y del 1,1% en 2009.

La institución prevé además crecimiento negativo del -0,5% para el segundo trimestre de 2008, aunque se recuperará en los tres meses siguientes, con un crecimiento del 0,7%, lo que implica que no entrará en recesión técnica (dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo).

Las anteriores previsiones de la OCDE, publicadas en diciembre pasado, cifraban en un 2% el crecimiento norteamericano para 2008 y del 2,2% para 2009.

Estados Unidos se enfrenta, según el organismo, a fuertes turbulencias que frenan la actividad. Por otro lado, la crisis financiera implica una contracción del crédito, los recortes de precios de la vivienda ponen en apuros el patrimonio de los hogares y el alza de los precios de los productos básicos lastra el poder adquisitivo de los trabajadores, señala el informe.

Sin embargo, a pesar de haberse "estancado" este año, el crecimiento del PIB en términos reales debería volver a su potencial de manera progresiva el año que viene. "La economía de Estados Unidos está en el epicentro de una crisis financiera que altera gravemente la actividad real", indica el informe, que apunta como elemento desencadenante el "subprime".

LAS TURBULENCIAS COMIENZAN A CALMARSE

Mientras, las perspectivas de crecimiento en los países miembros de la OCDE son del 1,8% para este año y del 1,7% para 2009. Según la evaluación general de la situación macroeconómica que se hace en el informe, parece que las turbulencias sobre los mercados han comenzado a calmarse, aunque sus repercusiones frenarán el crecimiento todavía durante mucho tiempo.

Además, persistirán otros factores responsables de la actual ralentización de la actividad en la zona, sobre todo el estancamiento del mercado inmobiliario y el elevado precio de los productos básicos.

La debilidad de la actividad se notará especialmente en Estados Unidos pero, pese a una fuerte actividad en Japón y Alemania en el primer trimestre de 2008, la ralentización debería extenderse a la práctica totalidad de las economías de la OCDE. Se observa también una cierta moderación en el resto del mundo, en parte inducida por las medidas destinadas a contener la inflación.

ESPAÑA, ENTRE LAS ECONOMIAS MAS PERJUDICADAS

Las economías más afectadas por la ralentización serán aquellas que se han visto más directamente perjudicadas por la tormenta financiera, como Islandia, o las que, como en el caso de España, viven un pronunciado repliegue del mercado de la vivienda.

También lo estará Reino Unido, por los vínculos entre las turbulencias financieras, el mercado hipotecario y el gasto de los hogares o Canadá y México, debido a sus estrechos vínculos con EEUU.

El organismo internacional advierte asimismo de que, si bien hay ciertos signos recientes que acreditan una mejoría de la situación en algunos mercados de capitales, no se pueden excluir "nuevas perturbaciones financieras".

Asegura que la medidas macroeconómicas para relanzar la economía están más justificadas en Estados Unidos que en Europa o Japón y que las autoridades norteamericanas han tomado ya medidas enérgicas, por lo que al final la capacidad de estas políticas para mantener una actividad flexible dependerá de la evolución de la inflación.

"El aumento del precio del petróleo, de los productos alimentarios y de otros productos básicos ha desatado un alza duradera de la tasa de inflación global y la subida del precio de producción anuncia nuevas tensiones inminentes sobre los costes", recuerda la OCDE, que califica estas presiones inflacionistas de "fuerte amenaza".

En este contexto, la política monetaria debería mantener una orientación acomodaticia en Estados Unidos mientras que en la zona euro, por el contrario, es correcto mantenerlos estables, al menos por el momento.

El informe señala que las economías de la OCDE se enfrentan a un triple choque negativo que incide negativamente en la demanda: la crisis financiera, la ralentización del ciclo mundial de vivienda y la contracción de los ingresos reales por el precio de la energía y los alimentos.