Actualizado 25/08/2008 19:48

Uno de cada dos somalíes necesita ayuda humanitaria a causa del hambre, la sequía y la violencia

El número de afectados ascenderá hasta los 3,5 millones en diciembre, según un estudio, lo que supone un aumento del 77% respecto a enero


MADRID, 25 Ago. (EUROPA PRESS) -

Más de 3,2 millones de personas necesitan ayuda humanitaria en Somalia debido a la escasez de lluvias, el aumento en el precio de los alimentos, la devaluación de la moneda y el recrudecimiento del conflicto armado, según el último informe de la Unidad para el Análisis de la Seguridad Alimentaria de Somalia (FSAUS). Además, el precio del agua ha aumentado entre un 300 y un 1.000 % en lo que va de año, colocando a este país del Cuerno de África en la peor situación humanitaria de los últimos 17 años.

Con una población de poco más de siete millones de habitantes, según la ONU, el informe indica que en Somalia "el número total de personas en necesidad de ayuda humanitaria podría aumentar hasta los 3,5 millones de personas a finales de año", lo que supone un incremento del 77% respecto al pasado mes de enero.

A pesar de que el pasado 19 de agosto el Gobierno de transición somalí firmó un acuerdo de paz con varias personalidades de la oposición, el documento asegura que la situación en el país africano, sin gobierno efectivo desde 1991, es "la peor de los últimos 17 años" debido "al recrudecimiento del conflicto armado, la muerte de trabajadores humanitarios, el aumento de actividades militares, así como por el incremento de la piratería y de la tensión política".

Más de 8.000 civiles han muerto desde que el año pasado el Gobierno de transición diese inicio a una campaña militar, con el apoyo del Ejército etíope, contra los insurgentes islamistas en todo el país.

"La situación está socavando las actividades económicas y el reparto de ayuda, contribuyendo al deterioro de la situación humanitaria", señala el FSAUS, un organismo creado por el Programa Mundial de Alimentos para dar datos independientes y fiables a las agencias humanitarias que trabajan en el país. Al menos seis trabajadores del Programa Mundial de Alimentos han sido asesinados en el país mientras realizaban sus tareas humanitarias en lo que va de año.

Debido a la inseguridad con la que trabajan las agencias humanitarias el reparto de la ayuda humanitaria es cada vez más difícil y algunas organizaciones han retirado a todos sus trabajadores en el país. La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) anunció el pasado mes de mayo el cierre de todas sus actividades médicas y de nutrición para personas desplazadas que viven en las afueras de Bossaso, en el norte del país, debido al secuestro de dos de sus trabajadoras humanitarias, una de ellas española, el pasado mes de diciembre.

Todo esto en un contexto de sequías que ha aumentado en las zonas centrales del país, multiplicando por dos el número de personas desnutridas en las regiones de Dhusamareb y Galgadud en los últimos meses.

COSECHAS AUMENTAN, EL NÚMERO DE HAMBRIENTOS TAMBIÉN

Aunque el aumento en la producción de cereales en algunas regiones del país mitigarán la situación alimentaria de algunas comunidades rurales, dice el informe, el impacto sobre el precio de los alimentos en el país será insignificante.

Según estudios realizados recientemente en el centro y en el sur de Somalia, 180.000 niños padecen malnutrición aguda y no hay centros suficientes para tratarlos. Esto supone que uno de cada seis menores de cinco años están en serio peligro de morir de hambre y un aumento del 11% respecto a principios de año.

"Los precios de los alimentos se mantendrán elevados y, además, el acceso al mercado de los alimentos para la población urbana, rural y pastoril será más difícil en diciembre de este año", asegura.

La profunda sequía, que por cuarta estación consecutiva azota las áreas de Hiran y Bakool, en el centro del país, provocará una reducción de cosechas y escasez de agua potable en esta zona del país.

EL PRECIO DEL AGUA HA AUMENTADO ENTRE UN 300 Y UN 1.000 %

Además, el informe apunta que la mayoría de los pozos están por debajo de su capacidad debido a la escasez de generadores y de mantenimiento y que el encarecimiento de los combustibles han provocado un aumento de entre el 300 y el 1.000 por ciento el precio del agua potable.

La escasez de agua y de pastos afectan a más del 50% de los asentamientos pastoriles, lo que ha obligado a muchas de estas comunidades a marcharse junto con el ganado a otras áreas que ahora corren el peligro de ser sobre explotadas.

Las duras condiciones climáticas y ambientales han provocado la muerte de muchos rumiantes, haciendo caer la productividad y el valor del ganado en el país. La mayoría de las reses que sobreviven no tienen la calidad necesaria para ser exportadas, por lo que los ganaderos están recurriendo a la venta de crías, en un intento desesperado por obtener dinero para hacer frente a los precios del agua y de los alimentos.

"Si, como se espera, no hay lluvias hasta mediados de octubre, la situación de los somalíes continuará deteriorándose si no se realizan las intervenciones humanitarias y agrarias que se necesitan", alerta el informe.