Publicado 06/12/2014 16:22

Un guardia civil declara que las Fuerzas marroquíes actuaron "con riesgo" para los inmigrantes en el Tarajal (Ceuta)


CEUTA, 6 Dic. (EUROPA PRESS) -

Uno de los mandos del Servicio Marítimo de la Guardia Civil de Ceuta que participó en el intento de disuadir a un grupo de 200 inmigrantes de llegar a la playa de El Tarajal en Ceuta ha reconocido que una embarcación de las Fuerzas marroquíes navegó entre los subsaharianos que se encontraban en el agua "tanto en zona española como marroquí", con "ausencia total de señalización visual" y "con el consiguiente riesgo" para los inmigrantes que se habían echado al agua en la playa de El Tarajal.

Este mando participó en el dispositivo desplegado el pasado de febrero para tratar de rechazar a los más de 200 inmigrantes que a primera hora de la mañana intentaron acceder a la ciudad autónoma bordeando el espigón de El Tarajal, donde quince de ellos perdieron la vida.

Tanto este sargento como sus cuatro compañeros a bordo de la patrullera 'Río Caudal', ninguno de los cuales hizo uso de material antidisturbios, destacan en las testificales recogidas en el atestado entregado por la Benemérita al Juzgado que instruye las diligencias del suceso, a cuyo contenido íntegro ha tenido acceso Europa Press, que las tres embarcaciones movilizadas del Instituto Armado se mantuvieron "a una distancia prudencial de la masa de nadadores" porque "cualquier tipo de maniobra que se realizara en la zona debía ser con la máxima prudencia debido al riesgo que pudiera suponer" para los subsaharianos.

El dicente ordenó que se encendiesen las señales luminosas de la embarcación, en la que se encontraba, "para que ésta pudiera ser visible por las personas que se encontraban en el mar con el objeto de evitar incidentes".

Durante su estancia en la zona "no observó que ninguno de los nadadores demandara algún tipo de auxilio" hasta que amaneció y se pudo ver a "un grupo de cinco nadadores" rodeando la embarcación. Tras solicitar "instrucciones" al Centro Operativo de Servicios (COS), los guardias procedieron a izarlos a bordo "comprobando que los mismos se encontraban en aparente buen estado de salud".

Sus compañeros a bordo han ratificado que la 'Río Caudal', con medios de visión notura de los que se hizo uso sin apreciar que nadie "necesitara auxilio", recibió instrucciones de no realizar ninguna intervención "por dos razones: por la cercanía de los inmigrantes a la playa y para no llegar a herir a las personas que nadaban a lo loco y en todas direcciones".

Un guardia civil también expone que a su alrededor "había varias embarcaciones de las Fuerzas de Seguridad marroquíes que a su vez e igualmente se hallaban rescatando inmigrantes que estaban en aguas marroquíes". Los presentes recuerdan que durante toda la intervención no hubo "ningún tipo de altercado" con los migrantes y que "llegaron incluso a colaborar en el rescate" de otros nadadores.

La patrullera 'S-15' llegó a la zona del Tarajal cuando "apenas quedaban inmigrantes en el agua", aunque sí "un gran número" en la playa marroquí anexa al espigón, donde desde el mar se apreció la existencia de cuerpos sin vida sobre la arena.

La zodiac del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) sí tuvo una participación activa en los hechos. Cuatro miembros del equipo de buceadores de la Comandancia atendieron nada más llegar al Tarajal a un migrante en el agua "que comenzó a pedir auxilio" y fue izado a su embarcación.

Dos de ello se lanzaron al agua para rescatar de "una pequeña cueva inundada ubicada entre las piedras del espigón" a tres subsaharianos que fueron entregados a los guardias que se encontraban en tierra. Acto seguido "comprobaron" que "no existían otros indocumentados escondidos en las rocas en peligro de ahogamiento".

Minutos después, cuando comenzó a amanecer, los buceadores observaron "sin acceder a aguas de Marruecos" que en ellas había "varios cuerpos sumergidos". "Inmediatamente" se pidió al COS permiso para proceder a su extracción, solicitud que fue denegada porque "estaban en territorio marroquí" y porque las autoridades del Reino alauita ya habían comunicado que se harían cargo de ellos.

Por su parte, un sargento del GEAS hace constar a voluntad propia que "todas las maniobras se realizaron con la máxima precaución puesto que las condiciones luminosas no eran las idóneas, con el consiguiente riesgo que se podría provocar en caso de que la embarcación impactara con alguno de los inmigrantes que se encontraba nadando".

"Durante la navegación por la zona de actuación [se] guardó excesiva precaución al objeto de realizar todas las maniobras cerciorándose de que no existía ningún nadador próximo para minimizar cualquier posibilidad de colisionar con alguna persona", añade otra testifical.

Los cadáveres de cinco migrantes fueron recuperados por la Guardia Civil entre el 8 y el 15 de febrero. Todas las autopsias arrojaron como resultado de la muerte "asfixia por inmersión" sin signos de violencia, según la Delegación del Gobierno en la ciudad autónoma. Los otros diez cuerpos sin vida quedaron en Marruecos, cuyas autoridades no han respondido a ninguna de las rogatorias remitidas por la Justicia española para tener acceso a sus análisis forenses.

El colectivo 'Ca-Minando Fronteras', que pudo ver siete de esos cadáveres, concluyó que existía "una relación causa-efecto entre los fallecidos y heridos y el uso del material antidisturbios por parte de la Guardia Civil" y que uno de ellos presentaba "lesiones en cabeza y rostro", en concreto una "circular, limpia en su borde, con leve pérdida de sustancia, de unos 5 milímetros de diámetro y unos dos milímetros de profundidad, localizada en hemicara izquierda" y dos "abiertas lineales de 1 centímetro de largo por tres milímetros de ancho aproximadamente, localizadas en unión témporo parietal izquierda".

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