Publicado 20/06/2018 17:16

Cáritas española pide al Gobierno que derogue "las expulsiones sumarias" de migrantes en Ceuta y Melilla

Un refugiado con su hija en brazos
CÁRITAS

   MADRID, 20 Jun. (EUROPA PRESS) -

   Cáritas española pide al Gobierno español que derogue la disposición de la Ley de Extranjería que permite el rechazo en frontera en Ceuta y Melilla, y lidere "un cambio de rumbo" en las políticas de asilo y de migraciones.

   "Esta práctica inhumana, además de vulnerar los derechos humanos de las personas migrantes, impide la solicitud de asilo a muchas personas necesitadas de protección", denuncia la labor social de la Iglesia Católica, en relación a "las expulsiones sumarias".

   Además, ante las noticias relacionadas con la migración en la Frontera Sur de Europa, la organización considera "especialmente urgente" el "fortalecimiento" de la atención humanitaria a las personas migrantes y refugiadas "que llegan a las costas españolas en condiciones muy precarias y entre las que viajan personas muy vulnerables".

   Por su parte, Cáritas Europa ha hecho un llamamiento para ampliar los programas nacionales de asentamiento y ampliar así las vías seguras y legales para los refugiados, con motivo del Día Mundial de los Refugiados, y en el contexto de las negociaciones actuales sobre el Pacto Mundial para los Refugiados (GCR).

   "Urge una Europa que ofrezca soluciones duraderas para las personas que necesitan protección y muestre su voluntad de compartir esta responsabilidad global con los países que albergan a la mayoría de los refugiados en todo el mundo", subraya.

   Filmon, un refugiado de Eritrea reasentado en Bélgica recuerda que huyó a la vecina Etiopía y después, a través de Sudán, Libia y Túnez, llegó a Bélgica. "Mi primer objetivo fue salvar mi vida y la vida de mi esposa e hijos", afirma.

   En su país de origen, recibió un título en mecánica automotriz, estudió en la Universidad y obtuvo un título en administración general. "En Bélgica, he conseguido convertirme en conductor de personas con discapacidad", explica, al tiempo que defiende la importancia del reasentamiento: "una operación que salva vidas".

   Al igual que Filmon, cientos de miles de personas no pueden regresar a sus países debido a conflictos prolongados, guerras y persecución, y tampoco tienen muchas opciones de integrarse en el primer país de asilo, debido a la inestabilidad política, la pobreza y la falta de infraestructuras adecuadas.

   Ante esta situación, la directora de Incidencia Política de Cáritas Europa, Shannon Pfohman, precisa que el reasentamiento puede ser "una demostración palpable del compromiso de un Estado de compartir la protección de refugiados", y también ofrece "una solución duradera para la reintegración de refugiados cuya vida y derechos básicos pueden estar en peligro en los primeros países de asilo".

   "Sin embargo --precisa--, el reasentamiento debe mantener intacta su función de protección y no debe cumplir objetivos políticos de control migratorio o de disuasión. Además, el reasentamiento nunca debe reemplazar el derecho a solicitar de forma espontánea asilo en un país".

   Según recuerda la organización, 22,5 millones de personas se han visto obligadas a huir de sus países en todo el mundo y el 85 por ciento de los refugiados son acogidos por países en desarrollo como Etiopía, donde viven 740.000 personas que necesitan protección.

   Turquía alberga el mayor número de refugiados, con un total de 2,8 millones, mientras que en Líbano, una de cada seis personas es refugiada. Según ACNUR, al menos 1,2 millones de personas necesitaban reasentamiento en 2017, pero solo el 5 por ciento lo han logrado efectivamente.

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