Actualizado 09/12/2009 20:49

EEUU promete unas negociaciones "sólidas" pero afirma que no debe "reparaciones" por haber contaminado

Asegura que China no recibirá ayuda de Estados Unidos para hacer frente al cambio climático


COPENHAGUE, 9 Dic. (Reuters/EP) -

Estados Unidos prometió hoy miércoles unas negociaciones "sólidas" para acordar este mes un nuevo documento para luchar contra el cambio climático, aunque dejó claro que no debe "reparaciones" al mundo por la contaminación que ha causado durante siglos. También advirtieron de que China no recibirá ayuda de Estados Unidos, pese a que el gigante asiático es considerado un país en vías de desarrollo según las normas de la ONU.

Este lunes llegaron a la cumbre sobre el clima de Copenhague tres de los secretarios de Gabinete del presidente estadounidense, Barack Obama. La administradora de la Agencia de Protección del Medioambiente de Estados Unidos, Lisa Jackson, dijo: "Estamos buscando un compromiso sólido con todos nuestros socios del mundo".

El viernes pasado, la Agencia de Protección del Medioambiente anunció su intención de, por primera vez, regular las emisiones de dióxido de carbono. Jackson explicó hoy que el objetivo de este organismo es "impedir la rápida llegada del cambio climático".

Por su parte, el enviado especial de Obama para el cambio climático, Todd Stern, aseguró a los medios de comunicación que Washington contribuirá a un fondo de países ricos cuyo fin es ayudar a los países en desarrollo a atajar los problemas derivados del cambio climático.

Pero Stern aseguró que China no será uno de los países receptores de la ayuda de Estados Unidos. "No preveo que se vayan a dar a China fondos públicos, y de Estados Unidos seguro que no", afirmó, y añadió que el Gobierno estadounidense entregará el dinero público a los países más pobres. "No creemos que China vaya a ser un candidato principal", añadió.

Stern aclaró que los países que reciben dinero de Washington no deben interpretarlo como que Estados Unidos asume la culpa de su crecimiento en una época en la que el dióxido de carbono no se consideraba una amenaza para el planeta.

"Reconocemos totalmente nuestro papel histórico al poner las emisiones en la atmósfera, ahí arriba, pero el sentimiento de culpa o las reparaciones, esto lo rechazo categóricamente", dijo Stern en respuesta a la pregunta de un periodista.

CHINA, CRÍTICA CON EEUU

Durante los dos últimos días, los delegados chinos presentes en la cumbre de Copenhague han sido muy críticos con la oferta de Estados Unidos de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero un 17 por ciento para 2020 respecto a los niveles de 2005.

El presidente del Comité Coordinador de Cambio Climático de China, Xie Zenhua, declaró hoy a la agencia Reuters que espera que Obama pueda ofrecer un objetivo más ambicioso en la capital danesa. Sin embargo, es algo poco probable ya que hasta ahora el Congreso estadounidense no ha aceptado ningún objetivo específico.

Stern admitió que "no cabe duda" de que "la parte central de esta negociación es una acción significativa por parte de los principales países en vías de desarrollo". Aunque destacó que China y otros países en desarrollo han dado pasos importantes para controlar las emisiones de carbono, consideró que tienen que proponer planes firmes y transparentes en las conversaciones.

Ha habido una serie de discusiones sobre un fondo anual de 10.000 millones de dólares para los próximos años que constituiría una entrega inicial de una cantidad que a largo plazo podría ascender cientos de miles de euros en ayuda financiera y de otro tipo cada año. El senador estadounidense John Kerry ha pedido a su Gobierno que contribuya con 3.000 millones de dólares anuales.

El secretario del Interior estadounidense, Ken Salazar, que criticó que el tema del cambio climático estuviese en un segundo plano durante los ocho años que George W. Bush estuvo en la Casa Blanca, opinó que el mundo tiene la "esperanza" y confía en que Estados Unidos aprobará las leyes que regularán las emisiones.

La recesión de la economía estadounidense ha hecho que se reduzca el entusiasmo respecto a la aprobación de las leyes contra el cambio climático, que podrían provocar un aumento de los precios al verse obligadas las fábricas a pasar de los combustibles fósiles como el carbón o el petróleo a fuentes de energía alternativas más caras.