Actualizado 27/02/2009 13:36

HRW reclama a EEUU que se una al Tratado para la Prohibición de las Minas, ley vinculante internacional hace diez años

NUEVA YORK, 27 Feb. (EUROPA PRESS) -

La organización Human Rights Watch (HRW) reclamó hoy a Estados Unidos que reconsidere su postura y se una al Tratado para la Prohibición de las Minas, ya que el próximo domingo hará diez años que se convirtió en una ley internacional vinculante.

"En la década que ha transcurrido desde que el Tratado para la Prohibición de las Minas entró en vigor, estas armas se han estigmatizado tanto que es casi inconcebible que Estados Unidos las vuelva a usar alguna vez", dijo el director de la sección de armas de HRW, Steve Goose.

"Estados Unidos debería dejar de ser el bicho raro y unirse a sus aliados prohibiendo las minas antipersona", dijo. Todos los Estados miembros de la OTAN, excepto Estados Unidos, han renegado del uso de estas armas, al igual que han hecho Afganistán, Irak, Australia y Japón. En el hemisferio occidental, sólo Estados Unidos y Cuba se mantienen al margen del Tratado.

En opinión de Goose, si Washington decidiese firmar este documento, se reforzaría el compromiso que el presidente, Barack Obama, ha asegurado tener con el Derecho Internacional Humanitario, la protección de los civiles, el control de armas y el desarme y el multilateralismo".

El Gobierno de Bill Clinton se fijó en 1997 el objetivo de unirse al Tratado en 2006, pero George W. Bush anunció en febrero de 2004 que no tenía intención de hacerlo. Estados Unidos no utiliza minas antipersona desde 1991 (en la guerra del Golfo), no las exporta desde 1992 y no las produce desde 1997 y es el principal donante de fondos para los programas de desminado de todo el mundo. Sin embargo, aún tiene almacenadas más 10,4 millones de minas que podría usar en el futuro.

El denominado Tratado de Ottawa entró en vigor el 1 de marzo de 1999, sólo quince meses después de que se negociase, y prohíbe todas las minas antipersona, exige la destrucción de las minas almacenadas en un plazo de cuatro años y de las que se han colocado en un plazo de diez años. También obliga a poner en marcha programas para ayudar a las víctimas de estas armas.

Desde que entró en vigor, el uso de las minas prácticamente se ha erradicado. En los últimos años, sólo el Gobierno birmano y unos pocos grupos rebeldes han colocado un número significativo de minas, indicó HRW.

Además, el comercio de estas armas casi no existe. Aproximadamente, sólo una docena de los más de 50 países que fabricaban minas antipersona mantienen actualmente la capacidad de seguir haciéndolo. Hasta ahora se han destruido unos 42 millones de minas almacenadas y la cifra de civiles muertos y heridos por la explosión de las minas disminuye notablemente cada año.

Un total de 156 países son parte del Tratado, que además ha sido firmado por otros dos que aún no lo han ratificado. China, Rusia y Estados Unidos se incluyen entre los 37 Estados que aún no se han unido, los cuales, sin embargo, cumplen en la práctica la mayoría de las disposiciones del texto.