MADRID, 7 Oct. (EUROPA PRESS) -
La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, criticó que, mientras las autoridades políticas reclaman el esfuerzo de todos los ciudadanos para salir de la crisis económica, "los que más tienen" se dediquen a blindar sus contratos "con cifras astronómicas escandalosas" o que las entidades financieras primen su "papel particular de repartidoras de grandes sueldos y dividendos".
De la Vega lanzó esta crítica en el Congreso de los Diputados, durante su intervención en el V Encuentro de Mujeres Líderes Iberoamericanas, justo al mismo tiempo que el gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez, defendía ante los periodistas, en una sala próxima del Parlamento, la pensión vitalicia de tres millones de euros mensuales que el BBVA ha otorgado a su ex consejero delegado, José Ignacio Goirigolzarri.
En su discurso, la 'número dos' del Ejecutivo se mostró convencida de que al actual situación económica se superará pero incidió en que, además de trabajar para ello, hay que hacerlo para no volver a caer en los "errores" que han propiciado la crisis.
"Existe el riesgo de que, una vez pasada la tormenta, dejemos de lado los principios que nos han mantenido a flote y volvamos a las viejas recetas", avisó De la Vega, quien considera que no sería "razonable ni justo, por mucho que a algunos les interese", que, una vez que llegue la recuperación, todo siga funcionando igual que antes.
HUBO QUE SOSTENER A LOS BANCOS
Y ese que, desde su punto de vista "no es razonable" que haya quienes, desde los sectores financieros que han impulsado la crisis, "se crean al margen de la responsabilidad y pidan a los demás esfuerzos que no se aplican a sí mismos".
"No es razonable que, mientras los líderes mundiales se reúnen en torno a una mesa para diseñar y aplicar políticas de austeridad y llaman al esfuerzo de todos para responder a la crisis, nos encontremos con que quienes más tienen, blindan sus contratos con cláusulas que alcanzan cifras astronómicas escandalosas", sentenció De la Vega.
En la misma línea, remarcó que carece de sentido que las instituciones financieras que han tenido que ser "sostenidas por los Estados con el dinero de todos" a nivel global "recobren antes su papel particular de repartidores de grandes sueldos y dividendos que su papel social de dinamizar la economía".
