BEIRUT/ALTOS DEL GOLÁN/JERUSALÉN, 20 Jul. (Reuters/EP) -
Los rebeldes sirios han comenzado a ser evacuados este viernes de la provincia de Quneitra, en la frontera con Israel en los Altos del Golán, como parte de un acuerdo de rendición con el Gobierno de Bashar al Assad para que sean traslados a los últimos bastiones de la oposición en el norte del país, según han informado diversas fuentes.
El pasado mes de junio, el régimen sirio lanzó una ofensiva sobre la vecina provincia de Deraa que ha culminado con su conquista. Ante el avance de las tropas 'assadistas', los rebeldes asentados en Quneitra llegaron a un acuerdo por el cual se sometían a Damasco o eran evacuados a Idlib, en el norte.
Un convoy de unos 20 autobuses ha abandonado ya Quneitra con rebeldes y civiles, de acuerdo con testigos. Uno de los testigos ha precisado que algunos vehículos han partido de la localidad de Qahtaniya. "Han comenzado a moverse", ha confirmado el director del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, Rami Abdulrahman.
El Gobierno ya había adelantado que la evacuación comenzaría este viernes. "Estamos listos para que los milicianos se vayan. Cuando termine el proceso, comenzaremos a restaurar los servicios imprescindibles a sus residentes, como el agua y la electricidad", dijo el gobernador Hammam Dbayat.
La campaña sobre Deraa ha sido una de las más rápidas de una guerra civil que suma ya siete años y se ha resuelto, como en casos anteriores, con la concentración de los insurgentes en Idlib, uno de los pocos feudos opositores, por lo que se espera que sea uno de los siguientes objetivos militares de Al Assad.
La batalla por el control del suroeste de Siria, un territorio estratégico por hacer frontera con Israel y Jordania, ha concedido al Gobierno una importante victoria. Ahora, solo le queda por recuperar el territorio comprendido entre Idlib y la ciudad de Jarablus.
También ha dejado más de 300.000 desplazados internos, de los cuales la mayoría ha regresado a medida que se ha ido pacificando Deraa. El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) calcula que aún quedan unos 140.000 para los que ha pedido un "paso seguro".
