Condenado a 22 años de cárcel el sospechoso de coordinar el ataque en 2012 contra el consulado de EEUU en Benghazi

Ataque contra el consulado de Estados Unidos en Benghazi
REUTERS / ESAM AL-FETORI - Archivo
Actualizado: miércoles, 27 junio 2018 20:20

MADRID, 27 Jun. (EUROPA PRESS) -

Ahmed Abú Jatalá, el sospechoso de coordinar el ataque perpetrado el 11 de septiembre de 2012 contra el consulado de Estados Unidos en la ciudad libia de Benghazi, ha sido condenado este miércoles a 22 años de cárcel, según ha informado el Departamento de Justicia.

El jurado declaró en noviembre a Abú Jatalá culpable de cuatro de los 28 cargos que pesaban contra él pero le absolvió de los más graves, relacionados con la muerte de cuatro estadounidenses, entre ellos el embajador, Christopher Stevens.

El juez Christopher Cooper ha rechazado la petición de la Fiscalía de que fuera condenado a cadena perpetua y se ha aproximado más a los 15 años que solicitaba la defensa.

"Este caso es un ejemplo del principio de que una persona acusada de terrorismo internacional puede tener un juicio justo en el sistema de justicia penal en Estados Unidos", ha dicho, según ha informado el diario 'The Washington Post'.

El sospechoso fue declarado culpable de dar apoyo material a terroristas, destruir propiedad, portar un arma y poner en peligro vidas de miembros de la misión estadounidense, por lo que se exponía a una pena de hasta 60 años de cárcel.

Sin embargo, fue absuelto de otros catorce cargos, después de que la Fiscalía reconociera que no hay pruebas de que realizara disparos o incendiara los edificios, insistiendo sin embargo en que ayudó a coordinar los ataques.

El jurado pudo ver una gran cantidad de grabaciones de las cámaras de seguridad del complejo, en las que Abú Jatalá no aparece hasta que no finaliza el asalto. La Fiscalía aseguró que el líder miliciano estuvo en la zona también antes del ataque.

Por su parte, la defensa puso en duda los registros telefónicos presentados por la acusación, resaltando que, de ser creíbles, demostrarían que Abú Jatalá no estaba en la zona en el momento del ataque.

Asimismo, cuestionó que pudiera identificarse a alguien a través de las grabaciones de seguridad, acusando a los testigos libios del caso de ser enemigos de Abú Jatalá y de haber recibido pagos de parte del Gobierno estadounidense.

En una entrevista concedida al diario 'The New York Times' en octubre de 2016, Abú Jatalá explicó que llegó al consulado estadounidense cuando ya había comenzado el ataque, pero que no participó, sino que se limitó a rescatar a los guardias de seguridad libios.

Abú Jatalá también acusó a la Casa Blanca de usar este ataque para "jugar con las emociones del pueblo estadounidense" en un intento por "unir a los votantes de cara a las elecciones" presidenciales del pasado 6 de noviembre.

LOS ATAQUES Y LA DETENCIÓN

En la noche de los ataques, hombres armados irrumpieron en el complejo diplomático y lo incendiaron, matando a Stevens y a Sean Smith, un empleado del Departamento de Estado.

Horas después, los milicianos atacaron una base cercana de la CIA con proyectiles de mortero y armas ligeras, matando a los contratistas de seguridad Tyrone Woods y Glen Doherty.

Abú Jatalá fue detenido en junio de 2014 en un operativo llevado a cabo por las fuerzas especiales estadounidenses en los alrededores de Benghazi, en el este de Libia, una operación denunciada por las autoridades del país africano.

La Fiscalía estadounidense presentó en 2013 cargos contra él y al menos otra docena de personas por su supuesta participación en el ataque contra la oficina consular en la ciudad libia.

Las autoridades estadounidenses apuntan a Ansar al Sharia como principal responsable de este ataque, aunque en un principio dijeron que era un asalto esporádico, pero sospechan que habría otros grupos aliados detrás del asalto a la oficina.

El ataque contra el consulado en Benghazi es uno de los mayores fracasos del Gobierno de Barack Obama, que ha sido muy criticado por la escasa seguridad de estas instalaciones y por la información suministrada sobre el suceso.

El blanco de todas las críticas fue la entonces secretaria de Estado, Hillary Clinton, y el caso del asalto supuso uno de los principales caballos de batalla de los republicanos durante su intento de ganar la Presidencia en las últimas elecciones, en las que se impuso Donald Trump.

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