La construcción de una sociedad de oportunidades

Instalaciones de la Fundación Vicente Ferrer
FVF/ ARANCHA ALVEAR 
Actualizado: sábado, 11 agosto 2018 9:09

MADRID, 11 Ago. (Por la Fundación Vicente Ferrer) -

Los últimos datos oficiales recogen que más de 27 millones de personas en la India padecen algún tipo de discapacidad. De ellas, más de 7 millones tienen entre 0 y 19 años, edades que comprenden todo el proceso educativo.

Integrar a niños y niñas con discapacidad, garantizando así sufuturo, requiere de la implicación de todos los actores de la sociedad, desde los que comprenden la educación hasta los que se basan en la construcción del espacio. Y debe ir un paso más allá, asimilándose a través del concepto de la inclusividad.

"Cuando hablamos de educación inclusiva debemos contemplar la adecuación del programa escolar, el acceso a la escolarización y la formación específica del profesorado", afirma Dasarath Ramadu, director del Sector Personas con Discapacidad de la Fundación Vicente Ferrer (FVF).

Teniendo en cuenta que es un trabajo común, el concepto arquitectura inclusiva también toma protagonismo. Este acepta que el espacio ya no puede ser considerado ajeno a cualquier interacción social, sino que debe haber una interrelación entre el usuario y el entorno físico."No se trata de añadir una rampa cuando el edificio está terminado, sino de que la rampa debe contemplarse desde el principio", apunta Arancha Alvear, arquitecta de la FVF."No es adaptabilidad, es diseño universal".

       FVF / Arancha Alvear 

La arquitectura inclusiva es la configuración de una respuesta apropiada a una determinante ambiental y da sentido de pertenencia a los usuarios. La construcción de ventanas a la altura de los estudiantes de la escuela, les ayuda en la comprensión y adaptación al espacio, haciéndolo completamente suyo.

             FVF / Irene G. Dugo

Sin la comprensión de la inclusividad, Abhishek, uno de los estudiantes de la Escuela Inclusiva de la FVF con discapacidad motora no podría ir a tomar la
merienda cada tarde. Un rampa con la amplitud y verticalidad adecuada y un pavimento antideslizante, permite que baje adecuadamente hacia la cantina con su andador.

          FVF / Irene G. Dugo

Junto a las rampas y en los diferentes accesos a las clases de esta escuela, se han instalado pasamanos acordes a la altura de los 60 niños y niñas que asisten
cada día a clase. Munandra, uno de sus estudiantes con discapacidad motora, los usa cada día para para caminar hacia el aula.

         FVF / Arancha Alvear 

La creación de espacios inclusivos como la escuela o los dormitorios de la FVF no tienen en cuenta únicamente a personas con discapacidad motora. Las formas y colores de puertas y paredes de todo el recinto son esenciales para la orientación de los estudiantes con discapacidad visual.

       FVF / Irene G. Dugo

Suma, de 6 años, es albina y tiene discapacidad visual parcial. El contraste de colores entre las puertas y el marco le ayudan cada día a detectar el perímetro.
Además, las aulas de la escuela inclusiva están diferenciadas por fuertes tonalidades de color, lo que consigue situar el espacio de manera más fácil a
aquellos que tienen visibilidad reducida.

           FVF / Arancha Alvear

Los espacios inclusivos permiten la convivencia y desarrollo educativo de todos los niños y niñas. Cada elemento genera un espacio de equidad y permite el
acceso a la educación de menores que, en otras situaciones, quedarían alejados del sistema educativo. Además, crea sentido de pertenencia y permite el desarrollo de todos y todas, con o sin discapacidad. La inclusividad como elemento transversal permite construir una sociedad llena de oportunidades.

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