MADRID, 9 May. (EUROPA PRESS) -
Las autoridades de Israel han revocado el permiso de trabajo del director de la ONG Human Rights Watch (HRW) en la región, Omar Shakir, y ha ordenado su deportación, según ha denunciado este martes la organización.
Shakir, que tiene un máximo de 14 días para abandonar el país, ha sido acusado de apoyar los boicots contra Israel. Las autoridades basan dichas acusaciones en un informe realizado por las autoridades sobre las actividades desempeñadas por Shakir durante la última década.
"Esto no es sobre Shakir sino sobre Human Rights Watch y la idea de acabar con las críticas contra el historial de Derechos Humanos de Israel", ha aseverado el vicedirector del programa de HRW en la zona, Iain Levine.
"Los informes sobre la deportación de defensores de los Derechos Humanos se encuentra a un paso de los historiales de países como Egipto y Rusia", ha aseverado Levine, que ha instado a las autoridades israelíes ha revertir la decisión.
La organización ha asegurado que apoya por completo a Shakir y que presentará los recursos necesarios ante las instituciones pertinentes en Israel en un intento por evitar la deportación del trabajador.
En 2011, las autoridades de Israel aprobaron una ley que permite a la población presentar demandas contra aquellos que insten a boicotear Israel, lo que incluye los boicots a los asentamientos. El 16 de noviembre de 2017 el Ministerio del Interior informó a HRW de que, basándose en una demanda presentada en un tribunal de distrito de Jerusalén, las autoridades pertinentes habían iniciado un proceso de revisión del estatus de Shakir.
La organización presentó una solicitud en enero para ampliar el permiso de trabajo de Shakir, que expiraba el 31 de marzo. Dos días antes de la fecha límite, el Ministro del Interior extendió el visado por un plazo de un mes mientras se resolvía el trámite de revocación.
"Esta es la primera vez que Israel ha ordenado la deportación de un miembro de la organización desde que HRW comenzó a supervisar las actividades de Israel y los territorios ocupados hace 30 años", ha explicado Levine.
"Pero es uno de los últimos ejemplos de intolerancia por parte de Israel frente a aquellos que critican su trato a los Derechos Humanos", ha añadido.
