El Kurdistán iraquí vuelve a sacar las urnas un año después de su fallida consulta independentista

Seguidores de Masud Barzani en el Kurdistán iraquí
REUTERS / ARI JALAL
Actualizado: sábado, 29 septiembre 2018 10:58

ERBIL/SULAIMANIYA (IRAK), 29 Sep. (Reuters/EP) -

El Kurdistán iraquí celebra este domingo unas elecciones parlamentarias que previsiblemente servirán a los dos grandes partidos para consolidar su liderazgo en un momento en el que las relaciones entre Erbil y Bagdad han retomado su frágil cauce tras la disputa abierta hace un año por el referéndum independentista.

El Partido Democrático del Kurdistán (KDP) y la Unión Patriótica del Kurdistán (PUK) se mantienen como los principales actores de un contexto marcado por la debilidad de la oposición, por lo que previsiblemente ampliarán sus casi tres décadas de poder compartido.

Sin embargo, las disputas internas dentro de la PUK desde la muerte en 2017 de su histórico líder Jalal Talabani abren la puerta a que sea el KDP de Masud Barzani quien tenga la voz cantante a corto y medio plazo en la región semiautónoma.

"Nunca renunciaremos a nuestra dignidad y nuestro honor", proclamó Barzani en el primer aniversario de la consulta independentista del 25 de septiembre de 2017, que desató un contencioso entre Erbil y Bagdad, con castigos económicos y control de transportes incluido.

Barzani, que dimitió como presidente kurdo tras dicho referéndum, advirtió ante miles de personas en Erbil que "ni mil años de guerra resolverán el problema", si bien a pie de calle el mensaje en favor de la autonomía no oculta otras preocupaciones.

"Es la primera vez que no voy a votar", ha explicado Ahmed Abdulá, un jubilado de 68 años que siente que los dos grandes partidos "roban y mienten" por igual. "He dechado de creer en que algo vaya a cambiar", ha afirmado este antiguo simpatizante del PUK.

La frustración de Abdulá también la comparte Alan Baram, profesor de 38 años: "¿Cuál es el objetivo de la votación? Nada cambia nunca, votemos o no. Las cosas solo van a peor".

Por su parte, Mostafa Ali, frutero de 20 años, ha declarado que la única vez que votó fue hace un año con motivo del referéndum, porque "era para el Kurdistán". Elecciones como la del domingo, ha añadido, "son para los partidos, no para el Kurdistán".

BAJA PARTICIPACIÓN

Unos 3,8 millones de kurdos están llamados a votar en estos comicios, pero los partidos asumen que la participación rondará el 40 por ciento. El dato marcaría un nuevo mínimo histórico, por debajo incluso del 44,5 por ciento registrado en las últimas elecciones federales.

Una baja participación beneficiaría 'a priori' a la PUK y al KDP, con simpatizantes teóricamente más movilizados e indemnes a los años de estancamiento político, impagos de salarios y corrupción.

La parálisis del Parlamento regional entre 2015 y 2017 no ha contribuido precisamente a rebajar un malestar social al que se han sumado las acusaciones de fraude en las elecciones federales de mayo. Un alto cargo del KDP, Hoshyar Zebari, ha subrayado que la votación de este domingo es clave para "recuperar la legitimidad de las instituciones".

La votación en el Kurdistán también tendría efectos colaterales en Bagdad, donde los dos grandes partidos pugnan por hacerse con el puesto de presidente, reservado a un kurdo desde la caída del régimen de Sadam Hussein en el año 2003. Aunque históricamente el cargo ha sido de la PUK, en esta ocasión el KDP también ha presentado candidato propio.

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