Lago Chad, ¿un lago que desaparece o evoluciona?

Hombres a camello cruzan el lago Chad en Ngouboua
REUTERS / STRINGER . 
Actualizado: miércoles, 29 agosto 2018 13:11

La evolución de la superficie modifica los medios de vida de millones de personas y hace fundamental la inversión en el desarrollo de la zona

MADRID, 17 Jun. (EUROPA PRESS) -

Las aguas del lago Chad bañan el país al que da nombre, Níger, Nigeria y Camerún y de él viven al menos dos millones de personas, mientras que otros 13 millones más se benefician de él. Sin embargo, su extensión se ha venido reduciendo en las últimas décadas, sin que los expertos terminen de ponerse de acuerdo de si la desaparición obedece al cambio climático o es más bien resultado de la constante evolución de esa superficie de agua.

En 1963 la superficie del lago Chad era de unos 26.000 kilómetros cuadrados y en la actualidad no llega a los 1.500, según el Programa de la ONU para el Medioambiente (PNUMA). "Es posible que el cambio climático tenga algo que ver con la disminución de la superficie del lago, pero en su historia el mismo ha sufrido variaciones parecidas", explica a Europa Press Jacques Lemoalle, del Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD, por sus siglas en francés), que ha estudiado la evolución del lago.

"La principal amenaza en el nivel del lago no procede del cambio climático sino de un aumento de la extracción humana en el sur de la cuenca del lago Chad, principalmente para el regadío, que podría responder a un aumento de las necesidades alimentarias en un contexto de un fuerte crecimiento demográfico y del probable crecimiento urbano", apunta por su parte Géraud Magrin, profesor de la Universidad París 1 y autor de varios estudios sobre el lago junto con Lemoalle.

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El nivel del lago, explica en una entrevista con Europa Press, ha experimentado históricamente cambios importantes en su superficie que vienen motivados porque se trata de un "lago poco profundo", afectado por una fuerte evaporación y cuyos dos principales fuentes de agua, los ríos Chari y Logone, se ven alimentados de forma irregular en función de las lluvias anuales.

"Antes del cambio climático el lago ya había sido objeto de fuertes variaciones de superficie", sostiene el experto, precisando que llegó a desaparecer durante unos años en el siglo XV y también alcanzó niveles muy bajos a principios del siglo XX. Durante el siglo pasado, añade, tuvo épocas en las que llegó a ser "muy grande" (1950-1960) y "muy pequeño (1970-1980) y desde principios de los años 1990 está en "un nivel medio".

Así pues, para estos expertos la extensión que tiene actualmente el lago se enmarca pues en su evolución histórica y por tanto no consideran que esté desapareciendo. "Los modelos climáticos disponibles actualmente no predicen una desaparición del lago", incide Lemoalle.

DESAPARICIÓN DE MEDIOS DE VIDA

En cualquier caso, y disputas científicas al margen, "el tamaño se ha reducido inmensamente" y con ello los medios de vida de quienes pescan en sus aguas, cultivan en su cuenca o pastan su ganado, afirma el enviado especial de la ONU para el Sahel, Ibrahim Thiaw, en una entrevista con Europa Press.

"Cuando no hay agua estos medios de vida se ven drásticamente afectados, lo cual tienen graves consecuencias para la economía y también desestabiliza a las sociedades" de estos países, añade. "Cuando los jóvenes no tienen oportunidades, se ven obligados a emigrar o a buscar otras alternativas", subraya, en referencia a los grupos armados que proliferan en la región, con Boko Haram a la cabeza.

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En opinión de Thiaw, la región del lago Chad es víctima de un "círculo vicioso" en el que "la desaparición del lago está aumentando el subdesarrollo" ya que la gente no puede dedicarse a la pesca, la agricultura o la ganadería para ganarse la vida. "Esta falta de recursos disponibles está afectando a la economía de las comunidades locales" por lo que hay que "romper ese círculo", defiende.

Desgraciadamente, lamenta el responsable de la ONU, "grupos terroristas como Boko Haram pueden haber encontrado en los jóvenes una presa fácil" ya que "cuando alguien no tiene ninguna perspectiva o ninguna esperanza puede verse tentado a unirse a estos grupos, especialmente si les ofrecen recursos o una ideología que les resulta atractiva".

Pero, no solo la situación del lago tiene una correlación en el subdesarrollo o la creciente inseguridad, sino que los problemas de gobernanza tanto de los Gobiernos de los países de la cuenca como de las autoridades locales, también tienen un impacto.

HAY QUE INVERTIR EN DESARROLLO

Por ello, Thiaw tiene claro que además de invertir en sistemas militares y de inteligencia para combatir a los grupos terroristas y la inseguridad, lo primero y lo principal es invertir en desarrollo". Aunque, admite, "no habrá desarrollo a menos que haya seguridad y no habrá seguridad a menos que haya desarrollo".

Conscientes de ello, Camerún, Chad, Níger y Nigeria han recuperado un proyecto guardado en el cajón desde hace décadas. El proyecto Transaqua, elaborado por la firma italiana Bonifica a principios de los años 1980, prevé el trasvase de agua desde la cuenca del río Congo hasta el lago Chad. Para ello, se construiría un canal de unos 2.400 kilómetros que uniría el río Ubangui, uno de los afluentes del Congo, con el Chari, el principal río tributario al lago.

Los mandatarios de los cuatro países consideran una necesidad y algo indispensable el llevar a cabo este proyecto, para el que Bonifica cuenta ahora con la firma china Power China y cuyo presupuesto se estima en unos 14.000 millones de dólares. Actualmente, se está llevando a cabo un estudio sobre la viabilidad del macroproyecto.

"Es un proyecto muy grande que suscita numerosas incertidumbres en cuanto a su impacto medioambiental y su viabilidad económica y geopolítica", resalta Géraud Magrin. Aunque se muestra cauto dado que no se conocen por el momento los detalles del proyecto --recorrido, volumen de agua, etc.--, "un trasvase de este tipo ocasionaría transformaciones medioambientales a nivel del lago Chad" y en los ríos afectados por el mismo.

El responsable de la ONU coincide en la importancia de que se tengan en cuenta "todas las consecuencias" y se lleve a cabo un "exhaustivo estudio medioambiental", aunque admite que este trasvase de aguas podría ser "una buena solución" para el lago Chad. También habría que tener en cuenta, incide, en que la variación en la superficie del algo en los últimos 30 o 40 años ha generado nuevas tierras de cultivo de las que viven muchas personas y que podrían desaparecer si el tamaño del lago vuelve a aumentar.

EL TRASVASE PUEDE SER "UNA BUENA IDEA"

"Si estos estudios se completan y son concluyentes, creo que es una buena idea llenar de nuevo el lago porque no hacerlo podría tener consecuencias en último termino aún más graves para la economía" de la región, defiende Thiaw, para quien el coste económico no debería ser un factor de disuasión.

No hacerlo, sostiene el diplomático mauritano, ayudaría a perpetuar la situación actual que nutre la existencia de Boko Haram, lo cual conlleva "un coste más alto que la inversión necesaria" para el proyecto Transaqua.

En todo caso, Magrin considera que "las esperanzas depositadas en dicho proyecto no deberían impedir resolver los problemas concretos de desarrollo a los que se enfrentan los habitantes" de la región del lago Chad y que pasan por la construcción de carreteras, garantizar servicios básicos de educación, salud y apoyo a la agricultura y de seguridad. Además, añade, los estados que componen la cuenca deberían apostar por una gestión más concertada de las aguas.

No obstante, apunta Lemoalle, "no puede haber desarrollo sin paz y seguridad, algo que no ocurre actualmente" en esta región. Algo en lo que coincide el enviado de la ONU, que confía en que Boko Haram pueda ser derrotado "en unos pocos años": "La forma de combatir el terrorismo es precisamente invirtiendo en desarrollo para frenar el flujo de jóvenes que se unen a estos grupos".

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