Macron defiende "construir el estado del bienestar del siglo XXI" y rechaza que sea el presidente de los ricos

El presidente francés, Emmanuel Macron
REUTERS / CHARLES PLATIAU
Actualizado: lunes, 9 julio 2018 20:15

PARÍS, 9 Jul. (EUROPA PRESS) -

El presidente francés, Emmanuel Macron, ha defendido este lunes la necesidad de "construir el estado del bienestar del siglo XXI", un discurso que busca rebatir las acusaciones de que es "el presidente de los ricos".

"La prioridad del próximo año es simple: construir el estado del bienestar del siglo XXI", ha afirmado Macron durante su discurso anual ante los miembros de la Asamblea Nacional y el Senado reunidos en el Palacio de Versalles.

Como el año pasado, muchos de los representantes parlamentarios de la izquierda no han querido asistir al discurso tras denunciar sus "salidas de tono monárquicas" y la imposibilidad de réplica. Precisamente Macron ha anunciado este lunes que intentará reformar la Constitución para que los parlamentarios puedan debatir con el presidente durante las sesiones conjuntas de ambas cámaras.

"¡Victoria! Macron cede. La próxima vez tendrá que escuchar y responder", ha destacado el líder de la izquierda francesa, Jean-Luc Melenchon, en su cuenta en Twitter. Previamente se había burlado en ese mismo medio de "Macron I".

Sin embargo, Macron también ha anunciado en su discurso nuevos recortes en el gasto público que se concretarán en cuestión de semanas, una decisión en la línea con la política económica del Gobierno y que ha apartado de su electorado a la clase obrera.

"Sé que no puedo hacerlo todo. Sé que no puedo tener éxito en todo", ha afirmado Macron durante un discurso de 90 minutos, al tiempo que dijo sentirse "humilde pero decidido" para sacar adelante su programa de reformas políticas y económicas.

"HUMILDAD PARA UNO MISMO, NO PARA FRANCIA"

En tono a veces incluso modesto, Macron ha argumentado que la Presidencia "realmente es un cargo que requiere humildad, pero humildad para uno mismo, no humildad para Francia". Sin embargo sus palabras contrastan con el lugar donde fueron pronunciadas, uno de los salones más lujosos del Palacio de Versalles.

El texto de Macron reconocía implícitamente que ha quedado aislado de parte del electorado que le aupó a la presidencia, en especial tras las reformas económicas favorables al sector empresarial. Las encuestas confirman una caída de su aprobación por debajo del 40 por ciento.

Sin embargo, Macron ha defendido impulsar la inversión extranjera, el desarrollo de empresas tecnológicas en nuevos núcleos de investigación, favorecer el traslado de empleados de la banca a París y fomentar la acogida de estudiantes extranjeros brillantes en las universidades francesas en busca del denominado "efecto Macron".

"Una política proempresarial no es una política para los ricos. Es imposible querer redistribuir la riqueza si no se crea en primer lugar", ha explicado al tiempo que ha destacado que Francia ha evitado el incremento de la desigualdad que afecta a muchos países occidentales en las últimas décadas y ha señalado como problema la falta de reconocimiento del mérito y el fomento de la movilidad social.

Para paliarlo, ha defendido la necesidad de reformas de calados de la educación a la formación profesional para preparar a los franceses para los cambios tecnológicos y las nuevas demandas de cualificación laboral. Así ha anunciado una reforma del seguro de desempleo que busca fomentar la movilidad laboral.

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