Obama dedica una jornada de trabajo comunitario en recuerdo a Martin Luther King


NUEVA YORK, 19 Ene. (EUROPA PRESS/Emilio López Romero) -

Barack Obama acudió este lunes a un albergue de Washington para compartir unas horas de trabajo comunitario en el día en que los estadounidenses recuerdan el ochenta aniversario del nacimiento del líder de los derechos civiles Martin Luther King, y horas antes de la cita con la historia que tendrá mañana en las escalinatas del Capitolio para jurar su cargo como primer presidente negro de Estados Unidos.

El futro mandatario pasó parte de la mañana en el albergue para menores Sasha Bruce Youthwork de la capital pintando algunas paredes y volviendo a repetir la importancia de que todos los ciudadanos se involucren en la ingente tarea que tiene Estados Unidos por delante para salir de la crisis que atraviesa y recuperar su prestigio en el exterior.

"Nos tenemos que involucrar todos, y hoy más que nunca estoy convencido de que estáis preparado para ello", afirmó el próximo inquilino de la Casa Blanca, que en varias ocasiones recordó las lecciones que dejó para la posteridad el reverendo King, el principal símbolo de la lucha contra el racismo y la segregación en Estados asesinado en 1968.

"Mañana nos convertiremos en un sólo pueblo en el mismo lugar donde aún se siente el eco del sueño del doctor King. Mientras lo hacemos, reconozcamos que nuestros destinos están inextricablemente unidos", añadió el senador afroamericano, que pasó el día acompañado del hijo del líder de los derechos civiles.

Muchos consideran que el histórico triunfo de Obama en las elecciones del pasado 4 de noviembre supuso la materialización definitiva del "sueño" que tuvo Martin Luther King un día de agosto de 1963, frente al Monumento a Lincoln, de un país donde la gente no sería juzgada por el color de su piel sino por su carácter.

"Tengo un sueño, que un día en las rojizas colinas de Georgia los hijos de los ex esclavos y los hijos de los ex propietarios de esclavos serán capaces de sentarse juntos en la mesa de la hermandad (...) Tengo un sueño, que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino por el contenido de su carácter", afirmaba en un discurso para la historia.