Niños junto a edificios destruidos en Deraa
REUTERS / ALAA FAQIR
Publicado: martes, 6 febrero 2018 9:22

Alerta de la situación para la población civil en lugares como Afrin, Idlib o Raqqa

MADRID, 6 Feb. (EUROPA PRESS) -

El coordinador humanitario y los distintos responsables de las agencias de la ONU presentes en Siria han hecho un llamamiento este martes a un "cese de hostilidades durante un mes" con el fin de poder hacer llegar ayuda humanitaria a quienes lo necesitan, además, de permitir la evacuación de heridos y enfermos y aliviar el sufrimiento "en la medida de lo posible" de la población civil.

En un comunicado, han puesto de relieve las "graves consecuencias" que la crisis humanitaria que se vive en distintos puntos del país como resultado de las acciones armadas por parte de los actores en el conflicto, que se encamina ya a su octavo año.

Así, en Afrin, el enclave kurdo en el noroeste de Siria, la operación militar por parte de Turquía junto con "el supuesto bloqueo de la salida" por parte de las fuerzas kurdas sirias, "ha atrapado virtualmente a muchos civiles, impidiéndoles acceder a zonas seguras".

Por el momento, hay miles de desplazados internos mientras que unas 380 familias han conseguido llegar a Alepo y otras localidades próximas. La ONU teme que ante la escalada de los enfrentamientos, el número de civiles afectados por la violencia también aumente.

En la provincia de Idlib, se ha registrado un "incremento en el número de víctimas y en el movimiento de civiles hacia zonas seguras" como resultado de las operaciones militares por parte del Ejército sirio con apoyo de la aviación rusa contra los rebeldes, según la ONU, que ha resaltado que algunas de estas personas se han visto desplazadas varias veces.

"Dada la alta concentración de desplazados, la provincia podría no ser capaz de soportar las consecuencias de los renovados combates", han advertido los responsables de la ONU, que también han subrayado que Fua y Kefraya, dos enclaves controlados por el Gobierno, siguen estando bajo asedio de los rebeldes y "sin acceso a suministros humanitarios y tratamiento médico".

HASAKA, RAQQA Y RUKBAN

En el caso de Hasaka, la ONU ha considerado como "primer paso positivo" el que se haya permitido a algunos de sus socios reanudar su trabajo, tras un mes en el que apenas se había podido entregar ayuda humanitaria. No obstante, ha advertido que el acuerdo solo es por dos meses y "cubre a un número limitado de socios", por lo que ha pedido que se permita a todas las organizaciones humanitarias ofrecer ayuda sin restricciones a quienes la necesitan.

Entretanto, en Raqqa, la antigua capital del 'califato' de Estado Islámico liberada el pasado mes de octubre, "la devastación no tiene parangón y las condiciones siguen siendo inseguras" para el retorno de la población, como lo demuestra que ha habido numerosos muertos y heridos por la explosión de artefactos explosivos. Además, ha resaltado la ONU, "no hay servicios básicos" y "el acceso de los trabajadores humanitarios a la ciudad es casi imposible debido a las condiciones de inseguridad".

Por último, en el sur del país, la ONU ha puesto el acento en la situación en el campo de Rukban, al que no tienen acceso las organizaciones humanitarias. "La última vez que se entregaron alimentos y otros bienes de primera necesidad fue desde el otro lado de la frontera" con Jordania a principios de enero, ha subrayado. "El acceso regular y sostenido a la población del campo es crítico para cubrir las necesidades urgentes que no pueden cubrirse con entregas esporádicas", ha defendido.

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