R.Unido.-El viceprimer ministro de Blair le aconsejó echar a Brown, pero el mandatario "temía" a su finalmente sucesor

Actualizado: domingo, 11 mayo 2008 15:01

Asegura que el ex primer ministro incumplió reiteradamente su promesa de facilitar a su ministro del Tesoro el camino a Downing Street

LONDRES, 11 May. (EUROPA PRESS) -

El viceprimer ministro de Tony Blair en los diez años que estuvo al frente del Gobierno británico, John Prescott, le recomendó en numerosas ocasiones que se deshiciese de su ministro del Tesoro, Gordon Brown, pero el ex mandatario "temía" a quien finalmente le sucedió en el cargo el pasado junio.

Así lo revela en sus memorias, que desde hoy publica de forma serializada el diario 'Sunday Times' y que suponen un nuevo revés para el actual inquilino de Downing Street tras la difusión ayer mismo de contenidos de las de la ex primera dama Cherie Blair, conocida por su falta de sintonía con Brown y que lo llega a acusar de "repiquetear las llaves" de la residencia oficial sobre la cabeza de su marido para presionarlo a abandonar el poder.

En el caso de Prescott, las críticas principales se dirigen al carácter del actual primer ministro, a quien define como "frustrante, molesto, desconcertante e irritable" y de quien cuenta que sus continuos "enfurruñamientos silenciosos" en las reuniones de miembros del gabinete obligaban a suspenderlas sin concluir, pese a que, en otras ocasiones, podía "llegar a explotar como un volcán en erupción".

En este sentido, el durante diez años viceprimer ministro británico, que recientemente ha confesado también que padece bulimia, asegura que "cientos" de veces tuvo que mediar en reconciliaciones entre ambos políticos, tanto en conversaciones teléfonicas como personales, y acusa a Brown de haber aprovechado su posición como titular del Tesoro para congelar inversiones de los proyectos "preferidos" de Blair a fin de revervar financiación para cuando lo relevase en el cargo.

De igual modo, precisa que él mismo aconsejó al por entonces canciller de Exchequer que renunciase a su puesto y luchase por la sucesión abierta en el seno laborista desde las filas del partido, un envite cuyo riesgo no fue asumido por el dirigente escocés. Además, según él, el propio Blair habría incumplido "no una, sino muchas veces" sus promesas de facilitar su acceso al número 10 de Downing Street, si bien el actual embajador en misión de paz para Oriente Próximo "no gusta del acercamiento directo". "Estropea su té", aseveró.

OTROS ENFRENTAMIENTOS

No obstante, los enfrentamientos no sólo afectaron a primer ministro y titular del Tesoro y el propio Prescott confiesa de las discusiones que mantuvo con su jefe, al que llegó a calificar de "pequeña mierda" en una discusión, aunque también destaca su lado humano con ejemplos como la "devastación" próxima al llanto que sufrió cuando su hijo Euan fue encontrado borracho en la calle. Además, revela sus aspiraciones políticas casi un año después de abandonar la residencia oficial, basadas en lograr una Presidencia de la Unión Europea o un rol similar de "estadista permanente".

Así, pese a algunas de las opiniones incendiarias de la autobiografía, Prescott declara su admiración tanto por Tony Blair como por Gordon Brown y, además de no ocultar que la esposa del primero siente una especial animadversión por el segundo, aprovecha para reprobar la actuación de algunos miembros de sus equipos, a quienes califica irónicamente de "gente maravillosa".

Un pasaje en el que cita expresamente a algunas figuras clave del actual gabinete, como el titular de Educación, Ed Balls, "parte del grupo de Gordon" y a quien acusa de "difundir historias"; o el de Exteriores, David Miliband, el mejor situado para un relevo al frente del laborismo y a quien define como "uno de los Mekons del número 10", en referencia al enemigo del héroe de cómic británico Dan Dare.