La quema de contenedores y actos de gamberrismo se extienden por la región

Actualizado: domingo, 28 marzo 2010 17:17

MADRID, 28 Mar. (EUROPA PRESS) -

La extinción de contenedores y mobiliario urbano quemado es uno de los servicios más requeridos por los Bomberos de la Comunidad de Madrid las madrugadas de los domingos y, en general, los fines de semana, un fenómeno de vandalismo que se ha extendido y generalizado en los últimos años en todas las grandes ciudades españolas.

Los datos y porcentajes que facilitará mañana en rueda de prensa la Consejería de Presidencia, Justicia e Interior revelan que las intervenciones de los Bomberos por este tipo de cuestiones supone un porcentaje muy alto, así como el coste económico que suponen, informaron a Europa Press fuentes del departamento que dirige Francisco Granados.

La práctica totalidad de estos incendios se deben a actos de gamberrismo, introduciendo petardos u otros elementos incendiarios o prendiendo fuego directamente al depósito. No suelen producir daños personales, pero sí materiales, ya que cada uno de los contenedores de basura cuestan unos 900 euros y porque muchos veces se encuentran cerca de coches y casas, que se ven afectados por las llamas.

"Yo prefiero dar vueltas durante media hora que aparcar cerca de un contenedor de estos de papel los fines de semana, porque no me quiero llevar un susto por la mañana", señaló a Europa Press un vecino de la zona de Alonso Martínez, uno de los puntos donde frecuentemente se producen quemas de este estilo en la capital.

Además, hay que contar el gasto que supone el desplazamiento de la unidad de bomberos, que suele tardar unos cuatro minutos en extinguir el contenedor, ya que están compuesto por un material altamente inflamable. En ocasiones, tienen que acudir a varios fuegos de este tipo a la vez, para avanzar más rápido utilizan espumógenos, un producto que establece una especie de película protectora para paliar los efectos del fuego.

Aunque no son muchas las estadísticas hechas públicas sobre este asunto, algunos datos revelan que este fenómeno vandálico va en aumento en el último lustro y afecta a grandes ciudades. Según la Memoria de la Subdirección General de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid de 2006, los incendios de contenedores y papeleras ya suponían 3.167 intervenciones, frente a las 2.343 que en 2003, un 26 por ciento más.

Otro dato conocido es el de Nochevieja, el día del año más intenso desde el punto de vista de la seguridad. Así, la madrugada del 1 de enero de 2010 hubo 132 incendios, la mayoría de contenedores, lo que supone un 18 por ciento que un año antes.

ADOLESCENTES POR DIVERSIÓN

El perfil preferente de los autores de la quema de contenedores y el destrozo del mobiliario urbano suelen ser adolescentes de entre 13 y 18 años que buscan reconocimiento entre sus iguales o la pura diversión. Provocan pequeños fuegos de forma premeditada principalmente en sus lugares de reunión, en compañía de su grupo de amigos y también en la zona de tránsito entre sus puntos de residencia, trabajo o estudio, y las zonas de ocio.

Así lo establecen varios sobre incendios secundarios realizado para el Instituto Andaluz de Criminología. No obstante, se establece otro grupo de posibles autores compuesto por sujetos que actúan solos o acompañados de otro pasivo, con una franja de mayor edad y cuya conducta está relacionada más con desórdenes de personalidad, venganzas o trastornos mentales, que con factores sociales.

Además, la mayoría de los incendios se producen cerca de zonas de ocio o paradas de autobuses del extrarradio las madrugadas de los fines de semana y festivos (especialmente entre las 0 y las 4 horas), horarios en los que los jóvenes son mayoritariamente los que están en la calle.

Una de las posibles soluciones que se planean para evitar que el mobiliario urbano arda con tanta facilidad y el fuego se propague, es modificar el tipo de contenedores, por ejemplo, reforzando materiales, o sustituirlos por islas ecológicas.