Actualizado 20/05/2008 20:34

Innova.- La empresa murciana Ami2 investiga el uso de sensores para crear un dispositivo de alerta en casas de ancianos

El ordenador podría recabar indicadores de enfermedades como el Alzheimer para realizar diagnóstico temprano

MURCIA, 20 May. (EUROPA PRESS) -

La empresa murciana Ambiental Intelligence and Interaction (Ami2) investiga la aplicación en domicilios de ancianos de un Dispositivo Inteligente de Alerta (DIA) capaz de detectar comportamientos anormales en los habitantes de la casa para avisar en caso de que se encuentre en una situación de potencial peligro mediante el uso de sensores.

La empresa impulsa el proyecto junto a dos grupos de investigación de la Universidad de Murcia (UMU) y un tercero de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), que trabajan la parte teórica de la investigación, según informó a Europa Press el socio director de I+D+i, Emilio Iborra.

Así, determinó que los sensores "no son un gran campo de investigación, pero el objetivo no es tanto inventar sensores sino utilizarlos". Y es que hay sensores térmicos, de movimiento, de presión, de apertura de puertas, entre otros tipos, y la investigación consiste en combinarlos para entender qué está pasando en el entorno del morador de la casa.

Para ello, la empresa se propuso crear a través de los sensores un sistema "que aprende de las situaciones del contexto de la persona, de sus usos y costumbres, que entienda cual es la normalidad, y que, cuando haya una anormalidad, se extrañe y le parezca raro".

Además de extrañarse, "el ordenador analiza en virtud de unos patrones definidos si la persona se encuentra en un riesgo potencial, de forma que, si su comportamiento es extraño, el sistema levanta una alerta", determinó.

Para ello, el habitante de la casa "no tiene que interactuar ni decir nada al ordenador, ya que la máquina se está comunicando con el individuo, aprende de sus costumbres con el objetivo de detectar situaciones de peligro", explicó. Así, la persona "vive tranquila en su casa, con la confianza de que si le pasa algo en más o menos plazo alguien le atiende", apuntó.

Por ejemplo, Iborra citó una actividad "que podría ser considerada normal, como ver la tele un debate un día concreto de la semana por la noche". Así, el ordenador registra que "normalmente la persona ese día se acuesta tarde pero, si no se acuesta, es capaz de identificar que esto es un comportamiento extraño, porque hay una serie de indicadores que lo determinan".

Sobretodo, dijo que el objetivo era "permitir que estas personas vivan independientes y a la vez tener cubierto su principal miedo, que le pase algo y lo encuentren cadáver a los pocos días dentro de casa", señaló.

De esta forma, el proyecto se basó en una comunicación entre las personas que tienen un contexto más difícil, como las personas de la tercera edad, "que no ven bien, que no oyen bien, y que no tienen ningún interés por la tecnología", de ahí el motivo de la empresa "en trabajar con este sector de la población".

Sobre esta base, la compañía acudió a empresas de ayuda a domicilio y ayuntamientos, que les pusieron de manifiesto la necesidad de que los ancianos "se encuentren atendidos pero no vigilados, manteniendo el respeto a la intimidad, y manteniendo la independencia".

DETECCIÓN PRECOZ DE ENFERMEDADES.

El ordenador "tiene que entender el contexto en el que sucede para ver si es de riesgo", dijo Iborra, quien determinó que hay otro factor importante en este grupo de edad con el que se trabaja, ya que padecen enfermedades que se pueden pronosticar con este tipo de procedimiento, como el Alzheimer.

Y es que el principio de Alzheimer "tiene una serie de detectores clásicos, que son difíciles de detectar habitualmente, ya que no hay una correlación entre ellas y son advertidas, por lo general, entre amigos, vecinos y familiares por separado, de forma que cuando se diagnostica es muy tarde".

Por ejemplo, Iborra hizo referencia a indicios como dejarse una puerta abierta, el frigorífico abierto, "hechos inconexos que habitualmente detectan familiares y vecinos pero que, el ordenador, a través de los sensores, permite tener toda la colección de indicadores y realizar, incluso, un diagnóstico temprano de la enfermedad".

HALLAZGO.

En estos momentos, la empresa trabaja en una nueva línea de investigación que descubrió hace apenas unas semanas, que consiste en percibir la realidad, por ejemplo, mediante ultrasonidos o ultravioletas, que hacen tener una percepción distinta a la del ser humano, señaló.

Este hallazgo los dejó "perplejos", confesó Iborra, quien indicó que hasta este momento todas las investigaciones "se habían estado planteando percibir la realidad a través de ordenadores con los mismos principios que percibe la realidad un ser humano, con la vista, el tacto, el oído y el olfato".

Sin embargo, este descubrimiento se pregunta "por qué hemos de percibir la realidad con los mismo medios, ya que creemos que el ordenador puede percibir cosas que el ser humano no percibe de una forma muy económica, mientras que percibirlo igual que el ser humano puede ser muy caro", determinó.

"Aquí se abre una línea de investigación nueva que nos hace ser optimistas de descubrir cosas difíciles con métodos sencillos", auguró.

ORIGEN DE LA INVESTIGACIÓN.

Emilio y su hermano José, fundadores de la empresa, habían trabajado con anterioridad en ingeniería de software, que consiste en investigar cómo hacer los programas de una forma mejor, y detectaron una carencia en el estudio de la relación entre la persona y el ordenador, por lo que se propuso trabajar sobre este aspecto.

En concreto, la investigación se centró desde un principio en el contexto en el que se produce la interactuación entre la persona y la máquina, "en qué sucede, cuándo está pasando", señaló Iborra, quien puso como ejemplo "cuando cualquiera se dispone a sacar dinero de un cajero automático, ya que no es lo mismo acudir al mediodía, que a las 2.00 horas, porque de madrugada tienes miedo, probablemente".

Actualmente, la empresa tiene intención de sacar un prototipo sencillo en el próximo mes de junio, en el que todo funcione íntegramente como un conjunto. Si da resultado, los investigadores se proponen tener a primeros de octubre o finales de septiembre, unas decenas e incluso un centenar de instalaciones en pisos piloto de personas que vivan solas.

Sin embargo, aclaró que, de momento, el proyecto se encuentra en simulación, y las piezas funcionan "pero por separado". Si se cumplen las previsiones "a principios de 2009 empezaremos a comercializarlo", adelantó.