Guerra felicita a sus compañeros con un texto de Amos Oz sobre la obligación de elegir entre ser generoso o perverso

Actualizado: viernes, 18 diciembre 2009 14:24

MADRID, 18 Dic. (EUROPA PRESS) -

El presidente de la Comisión Constitucional del Congreso, Alfonso Guerra, fiel a su tradición que felicitar la Navidad a sus compañeros del Grupo Socialista con un texto literario, ha elegido para esta ocasión una obra del escritor israelí Amos Oz que versa sobre la maldad humana y el constante dilema en el que se debaten los humanos al tener que elegir entre la "generosidad" o la "perversidad".

El texto, de apenas cinco páginas tamaño cuartilla, al que ha tenido acceso Europa Press, corresponde a unos párrafos de 'Una historia de amor y oscuridad' (Ediciones Siruela, 2004), la autobiografía del comprometido intelectual israelí, un pacifista que ha sido varias veces candidato al Premio Nobel y que obtuvo el Príncipe de Asturias de las Letras en 2007.

Oz relata las reflexiones que su padre --un intelectual sionista de origen ruso que llegó a Palestina en 1933-- solía hacer sobre la maldad de sus congéneres. "Las bestias aún no han descubierto la maldad. La maldad es monopolio nuestro, de los reyes de la creación", recuerda Oz. Según explica, su padre sostenía que quizá esto es así porque Eva, engañada por la serpiente, comió la manzana del 'árbol de la perversidad'.

EVA Y LA MANZANA DE LA PERVERSIDAD

"Tal vez si de verdad hubiéramos comido sólo del árbol de la vida y del árbol de la ciencia no habríamos sido expulsados del paraíso", apunta, antes de enlazar su narración con el autor existencialista francés Jean Paul Sartre: "¿Pero qué es el infierno? ¿Qué es el paraíso? ¿Acaso no está todo dentro? ¿En casa? (...) Un poco de perversidad y el hombre es un infierno para el hombre. Un poco de generosidad y el hombre es un paraíso para el hombre?".

Amos Oz concluye que, a diferencia del amor, que "no se elige" sino que "nos contagia y nos atrapa como una enfermedad" o "una desgracia", los humanos estamos obligados a optar entre "generosidad o perversidad".

"Es cierto que eso lo sabe hasta un niño pequeño pero, a pesar de todo, la perversidad no desaparece. ¿Cómo se explica eso? Evidentemente todo es por culpa de la manzana que comimos allí: comimos una manzana envenenada", finaliza el texto.