La mujer acusada de quemar la mano de su hijo de dos años en Sabadell (Barcelona) se niega a declarar en el juicio

Actualizado: martes, 20 mayo 2008 17:25

BARCELONA, 20 May. (EUROPA PRESS) -

Una mujer a quien la Fiscalía pide seis años de prisión por quemar la mano de su hijo de dos años en Sabadell (Barcelona) y no atenderle bien se negó esta mañana a declarar ante el tribunal que le juzgó en la Audiencia. La falta de atención de la madre, según las acusaciones, provocó que tuvieran que amputar dos dedos al niño.

Los hechos tuvieron lugar a finales de marzo de 2006, cuando el niño, S.F.A., se quemó su mano izquierda con una estufa de butano. La Fiscalía mantiene que la mujer, Pilar F.A., fue quien puso la mano del menor en la estufa, mientras que la acusada mantuvo en su momento que la quemadura fue accidental.

No obstante, lo que sí quedó acreditado es que, pese a que, días después, dos médicas de dos centros de atención primaria (CAP) le indicaron que llevara a su hijo a un hospital, la madre no lo hizo, lo que provocó que las heridas se agravaran y obligaran a amputar dos dedos al niño.

Debido a que la mujer se negó a declarar hoy ante los magistrados, su defensa y las acusaciones --Fiscalía y abogado de la Generalitat--, se leyó su declaración ante el juez de Instrucción número 4 de Sabadell justo después de ser detenida por los Mossos d'Esquadra.

RELATO DE LA MADRE Y LA FISCALÍA.

En aquella declaración, Pilar F.A. admitió que el niño se quemó una noche de finales de marzo y que le puso unas gasas en las ampollas que le habían salido. A la mañana siguiente acudió a una farmacia, donde le recetaron una pomada. Al ver que las heridas no mejoraban, al cabo de unas dos semanas, la mañana del 11 de abril de 2006 acudió al CAP Creu Alta de Sabadell. Después de atenderle, la pediatra le informó de la "necesidad" de una "urgente intervención quirúrgica", remitiéndola al Hospital Parc Taulí de Sabadell.

Por temor a que le quitaran la tutela de su niño, ya que ella y sus cuatro hijos ya estaban atendidos por los servicios sociales, decidió no llevarlo al hospital, y se dirigió a casa de su suegra. De allí, se fueron a la consulta de un médico privado que no le pudo atender por el gran volumen de trabajo que tenía aquella tarde.

Por ello, acudió a otro CAP, el de Sant Fèlix, donde otra médica le advirtió de que el niño tenía que ser trasladado inmediatamente al Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, algo que tampoco hizo, según ella, porque no tenía medio de transporte ni dinero para pagar el tren.

Además, el padre de los niños está en paradero desconocido desde entonces, por lo que tampoco le ayudó, según su versión.

La mujer explicó al juez de Instrucción que no se droga, que nunca maltrató a sus hijos y que el niño no estaba desnutrido, según apuntaron los médicos en un inicio.

Al ser advertidos por los médicos de los CAP, la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA) de la Generalitat y los Mossos prepararon al día siguiente, 12 de abril, un dispositivo de urgencia para que el niño fuera atendido.

Tras buscarle en varios domicilios familiares, le encontraron y le trasladaron al Vall d'Hebron, donde tuvo que ser intervenido y le amputaron dos dedos.

"IMPRUDENCIA", SEGÚN LA DEFENSA.

Por todo ello, la Fiscalía pide seis años de prisión para la mujer por un delito de lesiones con las agravantes de parentesco y alevosía, la inhabilitación para ejercer la patria potestad durante su encarcelamiento y la prohibición de aproximarse a menos de 1.000 metros de los niños o a comunicarse con ellos durante los cinco años siguientes a su excarcelación.

También le reclama 6.930 euros por los días de curas y hospitalización y una indemnización todavía no determinada por las secuelas.

El abogado de la defensa, Miguel Sánchez, considera que su clienta tan sólo cometió "una imprudencia o negligencia" pero que en ningún caso tenía intención de hacer daño al niño.

Según Sánchez "la negligencia no fue tan sólo por parte de Pilar sino que también pueden haber actuado de forma negligente otras administraciones porque el seguimiento de los niños se remonta a un año atrás".

ABSENTISMO ESCOLAR.

Durante el juicio de hoy declararon varios trabajadores y asistentes sociales que atendían a la madre y sus hijos. Los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Sabadell estaban realizando un seguimiento del hijo mayor de la familia, de ocho años, por un problema de absentismo escolar del niño. Tanto él como sus otros dos hermanos, de ocho meses y tres años, quedaron a disposición de la DGAIA.

Dos de las trabajadoras explicaron que la mujer no tenía demasiados problemas con sus hijos, excepto que a veces no llevaba a su hijo mayor al colegio. No obstante, una de ellas explicó que en marzo de 2006 no pudo contactar con la familia ya que nunca la encontraba en la casa, algo que atribuyó en parte al padre de los niños, Baltasar S.R.