Piden 17 años para un joven acusado de maltratar, forzar sexualmente y encerrar en casa a su novia

Actualizado: martes, 20 mayo 2008 19:19

ALMERÍA, 20 May. (EUROPA PRESS) -

El Ministerio Fiscal y la acusación particular reclaman 17 años y ocho meses de cárcel para un joven identificado como F.J.M.M., de 20 años de edad y vecino de la capital almeriense, acusado de maltratar reiteradamente, amenazar de muerte, insultar, agredir sexualmente y encerrar en el domicilio que ambos compartían en Almería a su novia, P.C.F., embarazada en el momento en que empezaron las supuestas agresiones.

Durante la primera sesión de la vista oral, celebrada hoy en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Almería, la víctima precisó que los hechos denunciados comenzaron cuando, a finales de 2005, ella se quedó embarazada, pocos meses después de iniciar la relación con el acusado, que estaba en libertad vigilada por una condena impuesta por el Juzgado de Menores de Almería por un delito de malos tratos contra otra ex pareja, que también le denunció por violación.

P.C.F. relató que su novio, consumidor habitual de hachís, le pegaba palizas frecuentemente, le quemaba cigarrillos en el cuerpo, le propinaba "guantazos, patadas y mordiscos" y que llegó incluso a amenazarla de muerte con un cuchillo en el cuello y con hacer daño al futuro hijo si ella lo dejaba o lo denunciaba, si bien luego, según la declaración de la joven, se mostraba arrepentido y le pedía perdón.

La víctima señaló que su pareja la tenía encerrada en la casa que compartían con la madre y el tío de él y que no le dejaba hablar por teléfono o relacionarse con otra gente y que llegó a pegarle una paliza el día de su cumpleaños porque su hermana quiso ir a buscarla. Entre otros episodios, la denunciante se refirió también a un día en que el enjuiciado le cortó el pelo con un cuchillo y con los dientes porque "no le gustaba el corte que le habían hecho en la peluquería" y a distintas ocasiones en las que la forzó a mantener relaciones sexuales a las que cedió porque tenía miedo.

Finalmente, y tras ser convencida y acompañada por la psicóloga que atendía a F.J.M.M. con motivo de su libertad vigilada, P.C.F., que dijo llegar a estar días sin ducharse por miedo a que su novio viera que dejaba solo a su hijo, formuló denuncia contra él en Comisaría el 30 de enero de 2007, pocos días después de que él le pegara una paliza que, según el testimonio de los agentes del Servicio de Atención a la Familia (SAF) le dejó moratones, quemaduras de cigarros y hematomas.

Por su parte el acusado, en prisión preventiva, reconoció haber pegado a su compañera "una vez nada más", en enero de 2007, una época en la que, según su testimonio ante la sala, estaba "muy nervioso" porque consumía alcohol y porque fumaba entre 40 y 50 porros diarios, una cifra que, según la víctima, se reducía a diez.

El joven, para el que la defensa pide la libre absolución, negó que su novia no pudiera salir de casa, sino que contaba con sus propias llaves, y aseguró que ni la maltrataba, ni la amenazaba, ni la obligaba a mantener relaciones sexuales, ni le ponía impedimentos para que ella pudiera ver a sus familiares y amigos. Asimismo señaló que tenían "problemas" porque ella se había marchado en varias ocasiones con su familia, llevándose al niño, nacido en septiembre de 2006.

TESTIFICALES.

La sesión de hoy acogió también la práctica de las pruebas testificales, durante las que la técnico de libertad vigilada definió al imputado como una persona "violenta, agresiva y capaz de consumar sus amenazas" y señaló que decidió ir a visitar a la víctima después de que, en una sesión en enero de 2007, F.J.M.M. le dijera que estaba dispuesto a "cortarle las piernas" a su pareja si ella se volvía a llevar al niño "aunque él tuviera que ir a la cárcel".

Asimismo tildó al joven de "frío y calculador" e indicó que la madre del acusado, que reconoció haber dejado embarazada a una amiga íntima de su pareja al principio de la relación, estaba al corriente de las agresiones y pensó incluso en pedir una orden de alejamiento de su hijo por su carácter violento.

Sin embargo la progenitora del enjuiciado negó este extremo y dijo no conocer la agresión hasta que la propia psicóloga se lo comunicó en las mismas fechas en que la víctima, que según ella salía libremente de la vivienda, denunció los presuntos hechos.

Por último las peritos judiciales indicaron que no apreciaron que el consumo de alcohol y hachís mermara la capacidad volitiva y cognitiva del acusado que, a pesar de mostrar "malestar" por la situación que estaba viviendo, legitimaba según ellas la violencia como forma adecuada de resolver conflictos.

En sus calificaciones iniciales, el fiscal reclama para el acusado tres años de prisión por un delito de violencia doméstica; diez años por un delito continuado de agresión sexual; tres años por un delito continuado de agresión sexual; diez meses por cinco delitos de lesiones en el ámbito doméstico; y otros diez meses por tres delitos de amenazas. La acusación particular, que comparte estas calificaciones iniciales, anunció sin embargo que elevará la petición de pena en sus conclusiones definitivas.