Pujol insiste en que Múgica intentó sustituir a Suárez por un militar democrático y se sorprende de que lo niegue

Actualizado: miércoles, 7 octubre 2009 19:58

BARCELONA, 7 Oct. (EUROPA PRESS) -

El ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol (CiU) se sorprendió hoy de que el Defensor del Pueblo, el socialista Enrique Múgica, negara ayer que le visitó en 1980 para preguntarle cómo vería forzar la sustitución del presidente del Gobierno Adolfo Suárez por un militar de mentalidad democrática, reunión que Pujol revela en el segundo volumen de sus memorias.

Durante la presentación ante la prensa de este segundo tomo, titulado 'Memorias II. Tiempo de construir', Pujol se refirió a las declaraciones que hizo ayer Múgica, que aseguró que las revelaciones del ex presidente de la Generalitat son "una ocurrencia inventada".

"Me sorprende que Múgica diga esto, porque yo creo que eso ya se sabía, lo sabe todo el mundo", dijo Pujol citando algunos libros que narran estos hechos, entre ellos 'Anatomía de un instante', de Javier Cercas, libro que no se cansó de recomendar.

De hecho, remarcó que en ese futuro gobierno, tal y como relata Cercas, el propio Múgica iba a ser ministro de Sanidad, y Felipe González vicepresidente. "Que Múgica diga lo que quiera, pero es así, rotundamente", insistió Pujol, que recordó que él rechazó esa propuesta por considerarla antidemocrática.

Otro de los aspectos más comentados del segundo volumen de memorias es el relevo de Pujol por Artur Mas, cuando el propio ex presidente reconoce que Miquel Roca era su sucesor natural. Como apunta en el libro, hoy insistió en que no coincidieron los calendarios. Alegó que "cuando una persona pierde un tren en un momento determinado que pasa cada cuatro u ocho años, puede darse el caso de que se le haga difícil la espera", y que la coyuntura, además, haya cambiado totalmente al pasar ese tiempo.

Pujol aseguró que él y Roca no veían las cosas exactamente igual, pero esas diferencias no evitaban que se entendieran, y reiteró que la cuestión en todo esto es que para que Roca le sucediera había un tiempo de espera largo, y ninguno de los dos eran precisamente jóvenes. De todas formas, hizo hincapié en que él nunca ha tenido queja de su entonces número dos, y consideró que su salida de la política fue un "gran pérdida" para Cataluña.

Aunque el capítulo dedicado al Gobierno del PP quedará para el siguiente volumen, a Pujol se le pidió también que comparara a José María Aznar con Felipe González. De este último explicó que tuvieron una primera época de ataque "brutal, por tierra, mar y aire" hacia CiU y hacia su persona con Banca Catalana, pero después la relación fue buena.

De Aznar, Pujol señaló que lo conoció cuando era presidente de Castilla y León, y ya entonces pensó que llegaría lejos, aunque no tan rápido. Avanzó que en el próximo volumen de las memorias explicará los beneficios del Pacto del Majestic, aunque admitió que "quizás sobró la fotografía".

Sobre Aznar también dijo que hizo un buen primer Gobierno y que cumplió con sus compromisos. "Se pueden hacer todas las críticas que se quieran de Aznar, pero es un hombre de palabra", señaló, comparándole con un conde duque de Olivares del siglo XX. En la segunda legislatura, en cambio, explicó que ya hubo un desencuentro total con el Gobierno, y apenas hablaron a partir de 2002.

También en el libro, Pujol asegura que pudo haber hecho favores a mucha gente cuando era presidente de la Generalitat, pero no lo hizo para que se le acusara de clientelista. Preguntado por esta cuestión, indicó que "no hay nadie que pueda afirmar que cuando ha tenido una cierta posición de poder en un momento determinado no haya hecho un favor a un pariente o a un amigo", pero añadió que su consigna fue no hacerlo, y dijo poder poner ejemplos de personas a las que podía haber ayudado y no lo hizo.

Pujol también explicó que cuando faltaba año y medio para las elecciones de 2003, dio la instrucción al último conseller de Obras Públicas para que avanzara al máximo en la construcción del Túnel de Bracons. "Perfora tanto como puedas", le dijo, con la convicción de que el PSC pararía si podía esa obra.

En el turno de preguntas también se le planteó cuál es su opinión sobre las consultas independentistas que se están convocando en diferentes municipios catalanes. Pujol opinó que esta dinámica puede hacer crecer el número de independentistas, pero vio difícil que se traduzca en un proceso potente que reclame un Estado propio. "La desafección es grande, hay motivos para sentirse muy cansado de todo esto", consideró.