Publicado 05/07/2018 08:02

Francisco Muro de Iscar.- ¿Qué fue de Ciudadanos?

MADRID, 5 Jul. (OTR/PRESS) -

"El que esté libre de corrupción que arroje el primer gusano", decía hace tiempo El Roto en una de sus inteligentes y provocadoras viñetas. Ciudadanos ya tiene su primer alcalde detenido por corrupción y algún asesor implicado en asuntos turbios. "El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente", dijo lord Acton.

Afortunadamente, casi todas las democracias tienen mecanismos de control y jueces independientes que impiden el poder absoluto y la corrupción absoluta. Pero si bajamos grados y tocamos la Justicia -como en Polonia, ahora, como en otros países donde la tentación de los políticos es permanente- casi todo es posible.

Ciudadanos era la gran esperanza blanca del centro derecha y, sobre todo, ellos mismos y sus líderes estaban convencidos de que si se convocaban elecciones habrían alcanzado el primer puesto y, tal vez, el poder. Con pactos a derecha o izquierda, pero el Poder con mayúsculas. En ese momento surgió la "imposible" moción de censura de Pedro Sánchez, Rajoy no dimitió y todo se vino abajo.

Es cierto que el PP está resquebrajado y casi hundido, pero Ciudadanos no está mejor y ahora es la izquierda la que manda con 84 escaños propios y el resto bajo hipoteca. Y con escasas posibilidades de hacer cambios de fondo y no solo marketing. Pero si le sale bien, que puede ser, el centro derecha ya puede irse a sus cuarteles de invierno durante unos años.

Desde que Sánchez llegó al poder, Albert Rivera y sus gentes han estado desaparecidos. Como si un puñetazo inesperado les hubiera sacado del ring. Y cuando han reaparecido, lo han hecho tambaleantes. Su estrategia era, olvidarse del PSOE y aprovechar los errores de gestión de Rajoy. Para ello llevaron al límite al PP. El objetivo eran las elecciones y lo sigue siendo. Pero Sánchez se va a resistir como sea para agotar la legislatura hasta donde le permitan sus extraños compañeros de cama. Eso obliga a Ciudadanos a cambiar su estrategia. Da la sensación de que no sabe cómo hacerlo.

En Cataluña obtuvo una victoria que le ha servido para rematar al PP -la intención de voto de los populares en esa tierra se acerca al ¡1 por ciento!- pero no juega ningún papel en el escenario político. En el resto de España, previsiblemente sea ahora el cuarto partido cuando pensaban que iban a ser el primero. Su secretario general dice que PP y PSOE siguen donde estaban, en el chalaneo, pero el problema es dónde está Ciudadanos.

Es posible que el PSOE haya roto de hecho el pacto constitucional para pagar los favores que le hicieron presidente del Gobierno y que todos paguemos las consecuencias. Pero el problema de Rivera no es el PSOE y tal vez tampoco el PP (aunque tendrá que entenderse sí o sí con uno de los dos si quiere tocar poder) sino su propia indefinición en un momento clave, su pérdida de peso y de fuelle.

Tenía una idea, pero Sánchez la mató. Como también decía el Roto, "dándole vueltas a una sola idea, excavó su tumba". No es bueno en tiempos en los que hay que pagar precios muy altos para poder seguir gobernando

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