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MADRID, 17 Mar. (EDIZIONES/Portaltic) -
Aprender un idioma no es fácil. Los hispanohablantes sabemos bien que no siempre se corresponde lo que escuchamos con lo que se escribe y esta diferencia puede jugarnos malas pasadas. Por ejemplo, si queremos buscar información sobre un actor o lamentar la pérdida de un científico. Google viene rápido en nuestra ayuda.
No nos vamos a engañar; Google Traductor, aunque no siempre nos ofrezca traducciones cien por cien perfectas --o todo lo perfectas que nos gustaría--, nos ha sacado de más de un apuro. Pero el buscador es capaz de ir más allá y de meterse en nuestra mente para descubrir qué es lo que le hemos pedido que nos busque.
Un ejemplo de ello se ha visto esta semana, cuando hemos conocido la noticia del fallecimiento de Stephen Hawking. El famoso físico teórico realizó una labor divulgativa que acercó la ciencia a muchos ciudadanos, pero pronunciar su nombre o escribirlo no es algo que todos hayamos aprendido a hacer.
También nos cuesta escribir bien el apellido del actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pese a que no es de los más difíciles. Pero existen otros apellidos más complejos, como los de los actores Chris Hemsworth (Thor) y Arnold Schwarzenegger (Terminator). En todos estos casos, por muy mal que lo escribamos, Google siempre sabe darlos la respuesta que buscamos.
