El Seprona interviene una anaconda amarilla en Llano de Olmedo (Valladolid) al carecer su dueño de documentación

Actualizado: miércoles, 7 octubre 2009 14:50

LLANO DE OLMEDO (VALLADOLID), 7 Oct. (EUROPA PRESS) -

El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Valladolid se incautó de un ejemplar de anaconda amarilla (Eunectes notaueus) en el municipio de Llano de Olmedo (Valladolid), tras comprobar que su propietario carecía de la documentación preceptiva que ampara la tenencia de este tipo de animales, según informaron a Europa Press fuentes de la Benemérita.

La citada serpiente, intervenida este lunes, quedó en depósito a disposición del Administrador de Aduanas e Impuestos Especiales de Valladolid hasta que se resuelva el procedimiento correspondiente.

La normativa infringida que da origen a la incautación del animal es la Ley Orgánica 12/1995, de 12 de diciembre, de Represión de Contrabando y el Reglamento (CE) número 338/97, Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).

La anaconda es una boa de tipo acuática que habita en los pantanos y ríos tropicales de Sudamérica y de la isla Trinidad, con una esperanza de vida que fluctúa entre los 50 y los 60 años.

Existen cuatro tipos de anaconda: la anaconda verde, la anaconda amarilla, la anaconda oscura y la anaconda boliviana. La anaconda verde mide hasta 10 metros, tiene un diámetro de 30 centímetros y es la serpiente más pesada de todas las anacondas, llegando a pesar 250 kilos. Los países donde se suele encontrar esta especie son Venezuela, Colombia, Brasil, Ecuador, Guayana, la isla de Trinidad y el norte de Bolivia y Perú. La anaconda amarilla tiene una longitud de tres metros y vive principalmente en Paraguay, Uruguay, el sur de Bolivia, el noreste de Argentina y el oeste de Brasil.

Son carnívoras y se alimentan de roedores, ciervos, pescados, tortugas, pájaros, ovejas y perros. Se comen a la presa entera, de la cabeza a los pies, y se pueden alimentar de animales mucho más grandes que el tamaño de su boca, ya que la mandíbula de éstas posee una gran flexibilidad.