Mando de la Guardia Civil niega acoso y amenazas a su expareja y dice que "solo" le hizo "bien"

Actualizado: miércoles, 7 mayo 2014 17:45

ALMERÍA, 7 May. (EUROPA PRESS) -

El mando de la Guardia Civil de Almería acusado de acosar a su excompañera sentimental ha negado este miércoles en juicio haberla sometido a insultos y amenazas después de que ella decidiese romper la relación y ha asegurado que "solo le he hecho bien con dinero, regalos, ramos de flores todos los días" y que "nunca" le ha hecho "ningún daño".

L.P.I, quien se ha acogido a su derecho a no contestar a las preguntas del letrado de la acusación particular, ha rechazado en la vista oral celebrada en el Juzgado de lo Penal número 3 haber protagonizado cada uno de los hechos que le imputa el fiscal, quien solicita para él penas que suman 22 meses de cárcel por presuntos delitos de violencia física y psíquica habitual, y otro de amenazas continuadas.

Así, para negar la autoría de los mensajes de texto en los que, entre otras cosas, supuestamente le decía "eres un putón berbenero" o "procura esconderte bien con tu novio y pídele a Dios que no os coja juntos", ha hecho alusión a su experiencia laboral como agente de la autoridad. "Todo esto es manipulable y después de tanto tiempo parece todo preparado".

Pese a la declaración exculpatoria del acusado y de su hija, quien también ha depuesto en juicio en calidad de testigo del episodio que dio lugar a la denuncia, el Ministerio Público ha elevado a definitivo su escrito, y en el trámite de informes ha sostenido que ha "prueba de cargo suficiente", no solo por el testimonio de la víctima en sala sino también por la pericial de las forenses, que han ratificado que sufre "sintomatología compatible con el acoso y que se corresponde con una situación de violencia".

La excompañera sentimental de L.P.I., ascendido recientemente a capitán, ha relatado en sala que él "se tomó muy mal la ruptura" y que su idea era "que él se había hecho un futuro conmigo, que lo había dejado todo y que no me iba a dejar a hacer mi vida porque le había arruinado la suya, que tenía que ser suya". "Le tengo pánico y siempre me decía que le denunciase, que qué le iba a pasar a él que tenía muchos amigos", ha espetado a preguntas de la defensa.

Protegida tras un biombo y después de un receso ordenado por la jueza al derrumbarse durante la primera parte de su declaración, la joven, de 26 años, ha detallado presuntos episodios en los que él la habría "seguido, increpado, controlado" las amistades, forma de vestir y maquillar, y "amenazado con matar donde me pillase". "Me seguía con el coche, le decía a subordinados que seguro que se habían acostado conmigo y me mandaba notas anónimas".

"Me dijo que se tenía que cobrar todo lo que le había hecho, luego que iba a pagar todo el otro --en alusión a otra relación-- y ahora ha arruinado mi vida laboral amenazando a mis jefes en la cafetería de la Comandancia", ha indicado para, a preguntas de su abogado, afirmar que, desde que diciembre de 2012, "esto no ha parado y he tenido que poner 16 denuncias más, de las cuales cuatro siguen adelante".

VERSIONES CONTRADICTORIAS

Versiones completamente contradictorias han dado tanto acusado y víctima, como madre de la última e hija del primero, sobre un episodio ocurrido el 16 de diciembre en el domicilio familiar de ellas.

El fiscal sostiene que él se personó supuestamente la casa e inició una "fuerte discusión" al pedirle ambas que les dejara "en paz", y que en el transcurso de esta, le espetó: "Esto no se va a quedar así, no te voy a dejar tranquila, estás con todo el mundo, eres una puta", al tiempo que hacía ademán de irse "dándole palmaditas en el rostro y diciéndole 'hasta luego, cariño'".

L.P.I., de 62 años, ha relatado, en los mismos términos que su hija, que intentó poner "calma" y que fue agredido presuntamente con una "botella de vino" por la madre de su expareja, quien también le dio una "bofetada" que ella misma ha admitido en sala, y que no golpeó "en ningún momento". "¿Cómo voy a ir yo con mi hija a una casa a pegar o insultar con ella delante?", ha interpelado.

Por su parte, la víctima ha asegurado que él comenzó "a autolesionarse con cabezazos en la pared y con la botella de vino" mientras "se arrancaba del pecho una cruz de madera". "Cuando mi madre cogió el teléfono para llamar a la Policía, él cogió la botella, se dio en la cabeza, cayó al suelo haciéndose el desmayado, y cuando mi madre fue a quitársela, se levantó y siguió dándose y arañándose la cara", ha asegurado.

"ACOSO DAÑINO"

Por su parte, las forenses del Instituto de Medicina Legal (IML) han ratificado en juicio sus informes en los que señala que la situación se prolongó "durante tiempo" pese a "la firme oposición de la víctima y de su entorno familiar", lo que, además de "alterar el quehacer diario de ella", le provocó "una grave depresión, ansiedad alta y afectación de la autoestima".

Han señalado, asimismo, que el "acoso es mucho más dañino que una agresión física, que duele en el momento, ya que se prolonga en el tiempo y deja secuelas muy importantes".

El juicio ha quedado visto para sentencia después de que la acusación particular elevase a definitivo su escrito de calificación al igual que la defensa, que, no obstante, de forma subsidiaria en caso de que la sentencia sea condenatorio, ha solicitado que se aplique la eximente incompleta después de que el perito psiquiatra de parte haya declarado que tenía "capacidad reducida" debido al trastorno depresivo que padece por razones laborales.

El Ministerio Público interesa por el presunto delito de violencia física y psíquica habitual en el ámbito familiar una pena de un año de cárcel mientras que por el delito continuado de amenazas en el ámbito de la violencia contra la mujer interesa diez meses de prisión. Solicita, asimismo, que el acusado, a la espera de nuevo destino, indemnice a la víctima con 3.000 euros por el daño moral causado.