Actualizado 11/11/2014 17:28

La Junta declara BIC el grupo escultórico de Nuestra Señora de las Angustias

SEVILLA, 11 Nov. (EUROPA PRESS) -

El Consejo de Gobierno de la Junta ha acordado este martes inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural (BIC), el grupo escultórico Nuestra Señora de las Angustias, ubicado en la Iglesia de San Agustín en Córdoba. El conjunto, obra de Juan de Mesa, está considerado uno de los más representativos de la imaginería barroca andaluza, además de ser uno de los principales referentes de la Semana Santa cordobesa.

El grupo escultórico muestra el momento en que Jesús, descendido de la Cruz, yace en el regazo de la Virgen. A estas dos figuras, de bulto redondo y talla completa en madera policromada, se añade la 'Cruz del Sacrificio' inicialmente no incluida en el conjunto original. Las dos imágenes, independientes, de bulto redondo y policromadas, fueron realizadas en 1627 por encargo de la Hermandad de Nuestra Señora de las Angustias, fundada en el Convento de San Agustín. Su autor murió cuando le faltaban algunos retoques para concluir la obra.

El nuevo BIC muestra las principales características de las obras de Juan de Mesa: un detallado y naturalista tratamiento anatómico, una policromía muy cuidada y una mayor concentración de detalles expresivos en la cabeza. Las manos de la Virgen reflejan igualmente los rasgos definitorios de las tallas del autor, con dedos largos que terminan con forma cuadrada y uñas marcadas y rehundidas.

ÚNICA IMAGEN MARIANA DE JUAN DE MESA

El gesto de las cejas y de la boca, así como las lágrimas, son los únicos recursos de los que se vale el artista para sugerir un dolor sereno, profundo y sosegado. Se trata además de la única imagen mariana de Juan de Mesa perfectamente documentada.

En la figura de Jesús destacan también características definitorias del maestro imaginero; entre ellas la manera de tallar el cabello y la barba mediante incisiones profundas y sinuosas de la gubia, o el tratamiento de la nariz con el tabique nasal grueso.

Los rasgos muestran la rigidez cadavérica del momento, en la línea del clasicismo de Martínez Montañés, con elementos de estética barroca que dotan a la imagen de mayor expresividad y dramatismo, como la boca entreabierta, la lengua contraída, los ojos semicerrados o los párpados hinchados.