Actualizado 17/02/2010 20:52

Zapatero se suma al homenaje a Ayala en el Congreso con una carta sobre su "dignidad democrática"

Bono le define como "el hombre que todo lo fue y casi todo lo vio"

MADRID, 17 Feb. (EUROPA PRESS) -

El Congreso de los Diputados acogió hoy un homenaje al escritor Francisco Ayala, que fue letrado de las Cortes durante la II República, y a este acto, se sumó a través de una carta, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que destacó la "dignidad democrática" y el "magisterio social" del granadino, fallecido el año pasado.

En una misiva, que fue leída por el presidente de la Asociación de Letrados de las Cortes, Fernando Santaolalla, Zapatero quiso destacar que Ayala fue "ejemplo de comportamiento cívico" y dejó un "legado de civismo y cultura democrática". Entre el público, la viuda del escritor, Carolyn Richmond, y un nutrido grupo de diputados, escucharon el mensaje del presidente del Gobierno.

"El hombre que todo lo fue y casi todo lo vio", destacó el presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, durante su intervención en el acto, poco después de recordar que "nadie muere del todo mientras no se le olvida". En el homenaje con el que los letrados de la Cámara quisieron rendir tributo a uno de sus compañeros, Bono no quiso pasar por alto su fuerza natural, la que le llevó a "vencer físicamente al siglo".

El vocal del Consejo General del Poder Judicial y letrado de las Cortes, Claro Fernández Carnicero recordó algunas anécdotas vividas con Ayala, marcadas siempre por su gran sentido del humor y sus invitaciones a whisky, "que eran para él norma habitual de amistosa confianza". También Bono hizo mención a las 10.000 pesetas que constituían su sueldo anual como letrado o cómo fue apartado del cargo por ser contrario al movimiento nacional.

LUCIDEZ

Fernández Carnicero destacó la "lucidez que le acompañó siempre" como uno de los rasgos de su personalidad, unida a un profundo realismo en el que hubo ausencia de rencor y nostalgia". Para el autor, el exilio no fue frustración, dijo Fernández Carnicero. "No paró su reloj en la España que no pudo ser aunque nada palió la amargura de perderla", concluyó.

También en la semblanza que realizó el catedrático Pedro Cerezo éste insistió en lucidez que, "unida a la sinceridad", equivale a la "veracidad". De él destacó la "capacidad para hacer ver una transparencia especial de pensamiento" y subrayó que fue un "liberal integral" que estuvo "en el corazón de la tiniebla de su siglo", sin aislarse en un "pensamiento identitario".

"INTELECTUAL DE LAS DOS ORILLAS"

Tras él, el director de la Real Academia de la Lengua, Víctor García de la Concha, insistió en la "lucidez y temple moral" de quien --dijo-- "estaba llamado a convertirse en conciencia alerta" del destino de España. Esas características se convertirían en su obra "en el maridaje de la ética y la estética", añadió.

García de la Concha definió al granadino como un "intelectual de las dos orillas del Atlántico", "uno de los que más ha hecho por la concordia de los pueblos que hablan español". "Fue toda una generación", concluyó.