El trabajo de campo, con exploraciones en Argentina y México, comenzará el próximo mes de enero
HUELVA, 31 Oct. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del departamento de Geología de la Universidad de Huelva, junto con expertos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de Barcelona y otros especialistas de centros internacionales, encabezan un proyecto de investigación, --financiado con 200.000 euros por parte del Ministerio de Ciencia e Innovación--, para analizar las causas de las supererupciones volcánicas y a partir de ahí, avanzar en los métodos para prevenir este fenómeno.
Así lo ha explicado a Europa Press el coordinador del proyecto, el profesor Antonio Castro, quien ha apuntado que los trabajos de campo está previsto que comiencen el próximo mes de enero en Argentina y México, donde se tomarán muestras y fósiles para conocer más detalles sobre las causas de las supererupciones.
En este sentido, ha explicado que no hay registros históricos supererupciones, las cuales tuvieron lugar "hace millones de años" ya que se trata de erupciones potentes, las cuales "colapsaron la vida, llevaron la noche durante muchos años o extinguieron especies".
Castro ha señalado que no se trata de alarmar a la población ante esta posibilidad, pero ha hecho hincapié en la necesidad de investigar y tener cada vez más informaciones sobre los fenómenos volcánicos.
Uno de los investigadores de este proyecto es Joan Martí (Instituto Jaume Almera, CSIC-Barcelona) el cual ha dado esta semana una conferencia en Huelva sobre la 'Evaluación de la Peligrosidad y Riesgo Volcánico en España', mientras que su compañera Adelina Geyer, ha abordado el tema de los 'Supervolcanes y Supererupciones'.
De este modo, Castro ha remarcado que el proyecto, con una duración de unos tres años, busca avanzar en el conocimiento de las causas de las supererupciones para conocer más parámetros y así poder prevenirlas.
Preguntado sobre dónde podría tener lugar un fenómeno de estas características, Castro ha indicado que el volcán Uturuncu (Bolivia) presenta indicios de una gran erupción, por lo que se encuentra permanentemente vigilado y "motorizado desde distintas partes del mundo" para estar al tanto de su actividad.
