El guardia civil acusado por un accidente de tráfico dice que fue "un simple despiste" pero niega que huyera del lugar

Juicio guardia civil por el accidente de mayo de 2014
EUROPA PRESS
Actualizado: lunes, 8 octubre 2018 16:23

MÁLAGA, 8 Oct. (EUROPA PRESS) -

El agente de la Guardia Civil implicado en el accidente ocurrido a finales de junio de 2017 en la A-7, a la altura de Torremolinos (Málaga), en el que fallecieron tres personas, ha sido juzgado este lunes por otro siniestro que tuvo lugar tres años antes, en concreto en 2014; y ha asegurado que fue "un simple despiste", negando que hubiera bebido o tomado drogas y que huyera del lugar. El juicio continuará el 29 de este mes.

El Juzgado de lo Penal número 6 de Málaga ha acogido una primera sesión de la vista oral contra este sargento de la Guardia Civil por el siniestro ocurrido en mayo de 2014 en la carretera que une los municipios malagueños de Alhaurín el Grande y Fuengirola, en concreto, dentro del término municipal de Mijas, por donde el acusado conducía un vehículo, colisionando con un turismo y un ciclomotor.

Así, el accidente causó lesiones a tres personas, los conductores de ambos vehículos y un ocupante del coche, según la Fiscalía, quien señala que había "ingerido previamente tal cantidad de bebidas alcohólicas que le incapacitaba para el completo dominio de su vehículo" y, además, circulaba "a una velocidad excesiva, superior a la que debía".

El procesado, sin embargo, sólo ha admitido que tuvo una "simple distracción y nada más", negando que fuera bebido o drogado, aunque algunos testigos sí han asegurado que olía a alcohol, al igual que uno de los agentes de la Guardia Civil que acudieron al lugar. Asimismo, ha negado que dijera a las personas que lo auxiliaron, tras dar varias vueltas con el coche, que no llamaran a la Policía.

También ha dicho que no huyó del lugar tras ser atendido en la ambulancia, como considera el fiscal, que sostiene inicialmente que a pesar de ser advertido por un agente del cuerpo de que no podía ausentarse del lugar hasta que se hicieran las diligencias, el acusado decidió "irse sin más, evitando y por tanto negándose a someterse a las pruebas de detección de alcohol".

Al respecto, el acusado ha explicado que no se fue sin más, sino que fue a recogerlo una persona para llevarlo a una clínica, pero que informó de ello a los compañeros; insistiendo en que "jamás" fue requerido para hacerse la prueba de alcoholemia, que a los demás conductores sí se practicó, a pesar de estar allí "más de una hora y media", y en que en ese momento no fue detenido ni retenido.

Los testigos y los guardias civiles actuantes, por contra, sí señalan que el acusado parecía haber consumido alcohol, llegando a asegurar uno de los agentes que el olor era "bastante fuerte", Además, este ha declarado que le informó de que tenía que esperar a que llegara otra unidad para hacer las diligencias, algo que, ha dicho, el acusado "debe saber, más siendo sargento".

Este agente ha asegurado que el acusado no le dijo que se iba a ir del lugar, de lo que se enteró porque los perjudicados del accidente lo vieron y le avisaron. "Si me lo llega a decir hubiera tomado otras medidas", ha apuntado el guardia civil, quien ha manifestado que "lo que menos me voy a presuponer es que se va a ausentar del lugar".

Algunos testigos, además, han añadido que el procesado, que actualmente se encuentra en prisión por su presunta implicación en el otro siniestro ocurrido en julio de 2017, en el que fallecieron tres personas; conducía a una velocidad alta, aunque los agente del instituto armado han reconocido que no se realizaron mediciones técnicas al respecto.

La Fiscalía solicita un año y medio de prisión por dos delitos contra la seguridad vial, mientras que la acusación particular, en representación de dos de los perjudicados, eleva esta petición a cuatro años y medio de cárcel. El juicio continuará el día 29 de este mes cuando comparecerán varios testigos, entre ellos los dos médicos que supuestamente lo atendieron justo después del siniestro.

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