Actualizado 12/09/2018 23:14

El oppidum de Puente Tablas y la Cueva de la Lobera acogerán el Equinoccio Íbero

JÁEN, 12 Sep. (EUROPA PRESS) -

El 'oppidum' de Puente Tablas, en Jaén, y la Cueva de La Lobera de Castellar acogerán la actividad Equinoccio Íbero con la que se recrearán efectos de la luz solar del equinoccio de otoño en estos yacimiento de la cultura íbera.

En la capital tendrá lugar del 21 al 24 de septiembre, mientras que el citado enclave castellariego lo acogerá los días 22 y 23 de este mes, según se ha puesto de relieve en la presentación de esta iniciativa incluida en el programa Historia y Aventura en Jaén Paraíso Interior que promueven la Diputación y la Junta en puntos de la Ruta de los Castillos y las Batallas y el Viaje al Tiempo de los Íberos.

Consiste en la experiencia de vivir los efectos de la luz solar del equinoccio de otoño ambos yacimientos íberos. En la ciudad fortificada ibérica de Puente Tablas se puede conocer cómo vivían los íberos del alto Guadalquivir, contemplar una de las más potentes fortificaciones con más de 300 metros conservados y una altura de más de cinco metros.

Junto a la conocida como Puerta del Sol se ha descubierto un interesante santuario dedicado a una divinidad femenina. Es una puerta monumental, construida a principios del siglo IV a.C., está orientada hacia el este, hacia la salida del sol.

Durante los equinoccios de otoño y primavera, entre los días 20 al 25 de septiembre y entre los días 20 y 25 de marzo, la luz del amanecer atraviesa la puerta e ilumina con los primeros rayos la figura de la diosa que se localizó junto a la puerta.

Se trata de un ritual ancestral relacionado con la fecundidad de la naturaleza, la vida y la muerte, la riqueza y quizás el amor, que ahora se recrea en esta actividad para conocer mejor esta ancestral civilización peninsular.

Por su parte, la Cueva de la Lobera en Castellar es un santuario rupestre de entre los siglos IV y III a.C que sorprende por su posición estratégica, ya que fue límite de un importante territorio donde las gentes acudían periódicamente a rendir culto a los dioses. En ella se recuperaron numerosos exvotos ibéricos conocidos como muñecos.

Durante los equinoccios de primavera y otoño, la luz del sol al ocaso se cuela por los huecos de la cueva, proyectándose en las paredes y representando formas y siluetas que recuerdan a los exvotos ibéricos, algo que los visitantes también podrán apreciar los días 22 y 23 de septiembre, cuando está prevista la realización de esta propuesta cultural.